La cuarta temporada de The Morning Show se sitúa en la primavera de 2024, casi dos años después de los acontecimientos de la tercera, cuando Alex Levy arruinó los planes de su pareja, el magnate interpretado por Jon Hamm, y logró impulsar la fusión entre UBA y NBN. Ante esta nueva situación empresarial y con el cambio acelerado de los medios, la política y la sociedad, surgen nuevas responsabilidades en un país cada vez más polarizado, como ocurre en la realidad.
Las deepfakes, la inteligencia artificial, las teorías de la conspiración y los encubrimientos corporativos son algunos de los temas que aparecerán en esta nueva entrega. Según ha ido avanzando, la serie creada por Charlotte Stoudt ha sabido incorporar reflexiones y problemáticas que amenazan no sólo al periodismo actual, sino también a la sociedad en su conjunto. A veces hace referencia directa a eventos reales, como el COVID, y otras veces utiliza metáforas y nombres falsos. De este modo, The Morning Show ha logrado ir más allá de su naturaleza de drama de ficción para consolidarse como un título relevante.
Y, en parte, lo ha conseguido gracias a un reparto, protagonista e invitado, de primera línea y comprometido (también más allá de la pantalla), que sigue siendo su fuerte en los episodios de esta nueva y cuarta temporada.
Si hace dos años, cuando escribimos sobre la tercera temporada de The Morning Show, celebramos la incorporación de Jon Hamm, que vino a formar un extraordinario trío de leyendas de la pequeña pantalla junto a las protagonistas Jennifer Aniston y Reese Witherspoon —es decir, Don Draper de Mad Men, Rachel de Friends y Madeline de Big Little Lies—, en la cuarta temporada la producción ha querido mirar hacia el cine y ha sumado a dos estrellas del séptimo arte: la francesa Marion Cotillard, ganadora de un Óscar por La vida en rosa (2007), y el británico Jeremy Irons, ganador de un Óscar por El misterio Von Bülow (1990).
En los nuevos capítulos, Cotillard dará vida a Celine Dumont, miembro de una influyente familia transalpina, mientras que Irons interpretará al padre de la protagonista Alex Levy, la periodista encarnada por Jennifer Aniston.
Estos son, sin duda, los nombres más destacados, pero no son las únicas novedades de un reparto que, temporada tras temporada, sube el listón y gana en interés. William Jackson Harper, conocido por su papel en The Good Place, será el nuevo jefe de la división deportiva de la cadena. Por su parte, Aaron Pierre, de Rebel Ridge, es un aclamado artista que se desenvuelve a la perfección entre la élite neoyorquina. También se incorpora Boyd Holbrook, de Bikeriders: La ley del asfalto, que interpretará a un provocador presentador de pódcast.
Y no podían faltar los personajes recurrentes e importantes de las tres temporadas anteriores, empezando por el de Jon Hamm, que interpreta al poderoso magnate con el que Alex mantuvo una relación sentimental en la tercera temporada, antes de decidir desbaratar todos sus planes. Y, por supuesto, regresarán Billy Crudup, Greta Lee, Karen Pittman y Mark Duplass.
Este último vuelve como Chip Black, el productor de confianza de Alex, que ha ido ofreciendo unos giros morales, profesionales y personales muy interesantes a la serie y a partir del que se generará una de las tramas claves de esta temporada. “Me gustaría contar la historia de Chip y Alex, los orígenes de su colaboración profesional”, anticipó en su día la showrunner Charlotte Stoudt. “Mantienen una relación que avanza a gran velocidad, sin levantar el pie del freno, por lo que puede depararnos algunas sorpresas emocionales. Es algo que quiero explorar en los nuevos episodios”.
Dicho esto, las dos grandes estrellas siguen siendo las periodistas y presentadoras Alex Levy y Bradley Jackson, elegantemente encarnadas por Aniston y Witherspoon, que continúan ejerciendo como productoras ejecutivas de The Morning Show.
En la cuarta temporada, que, como de costumbre, da un salto adelante en el tiempo, nos las encontraremos en puestos muy distintos a los que nos tienen habituados. Tras orquestar la fusión de la cadena UBA con NBN, Levy es ahora una de las principales ejecutivas de la empresa de medios de comunicación, con todas las responsabilidades y dificultades que ello conlleva.
Y Bradley, que al final de la tercera temporada confesaba su propia conducta poco profesional —había editado algunas secuencias del asalto al Capitolio para proteger a su hermano—, se enfrenta ahora a las consecuencias de sus actos. Esas dos premisas sirven para enganchar con la realidad y hacernos reflexionar sobre lo que ocurre y cómo se informa, y nos informamos, sobre ella.
“En la pasada temporada quisimos que todo saltase por los aires, soltamos el bombazo”, ha explicado Stoudt. “Ahora lo que tenemos que preguntarnos es cómo recomponer el puzle. Queremos profundizar en la difusión de las deepfakes, la influencia de la inteligencia artificial y la desinformación que se infiltra por todas partes, así como en los vientos de guerra que no dejan de soplar. ¿En quién puedes confiar? ¿Te fías de lo que ves? ¿Te fías de ti mismo? Y, lo más importante, ¿puedes confiar en tus fuentes?”.
Jennifer Aniston, por su parte, promete una nueva tanda de episodios inolvidables. “Grabar The Morning Show es muy intenso”, contó en una entrevista con la revista People. “Tiene muchas capas, es complicada, está llena de emociones. Trata muchos temas y acontecimientos candentes. De una cosa estoy segura: ¡no es Friends!”.