27 mujeres señalan a Eduad Cortés por acoso sexual: así ha respondido el director de ‘Merlí’ y ‘Ni una más’

Eduad Cortés

El cineasta Eduard Cortés, ha sido señalado por 27 mujeres, la mayoría entre 20 y 30 años, aunque alguna de ellas era menor cuando sucedieron los hechos, por acoso sexual. Aseguran que el director, responsable de series como Merlí o Ni una másles ofrecía papeles a cambio de que le mandaran imágenes desnudas o realizando prácticas sexuales.

Todo comenzó en octubre de este año, cuando la directora de fotografía Silvia Grav le señaló públicamente en twitter por “abuso de poder y manipulación laboral y grooming”. Ya entonces varias mujeres se sumaron a su relato compartiendo historias parecidas. 

Este miércoles, el diario El País ha publicado un extenso reportaje en el que 27 mujeres le acusan de beneficiarse de su posición para chantajearlas y pedirles contenido íntimo a cambio de trabajo en sus proyectos. Además, el periódico asegura que ha tenido acceso a más de un centenar de conversaciones en las que el director realiza este tipo de prácticas. Las actrices las actrices Sofía Barco, Norah Alexandra Vega y Nicole León se encuentran entre las artistas que se suman a esta denuncia.

Según relatan, lo hechos llevan ocurriendo a lo largo de más de una década, en la que Eduard Cortés utilizaba diferentes redes sociales para contactar con estas mujeres. Era entonces cuando el cineasta aseguraba estar interesado en sus perfiles para su proyecto titulado Ingrid, y pasaba a pedirles contenidos sexuales. “Lo único que puedo decir es que yo hice un proyecto que se llamaba Ingrid, que estaba vinculado a las redes sociales, y contacté con muchísima gente durante esa época», ha explicado el director a el diario El País.

Una de las mujeres tenía solo 16 años en el momento de los hechos, y ha explicado que llegó a hablar con ella durante cuatro años, hasta que le pidió que se desplazara hasta Barcelona para una prueba de cámara, cuando ella cortó la relación.

Cortés, asegura que respecto a ese proyecto, “todo lo relacionado con fotos, vídeos y videoconferencias, en ningún momento formó parte del proyecto». «Fueron dinámicas que se establecieron entre dos personas adultas y con mutuo consentimiento. El resto pertenece al ámbito íntimo y personal”. Además, alega que ”las conversaciones en redes sociales se produjeron dentro de lo hipotético, buscando conexiones entre el modo de actuar del personaje y nuestra experiencia personal. Nunca eran propuestas explícitas”.

El periódico, asegura que al menos 15 entrevistadas han dado los primeros pasos para denunciar los hechos, a pesar de que se sienten abandonadas por el sistema. La Academia de Cine Catalán anunció que iniciaría una investigación tras la primera acusación de Silvia Grav, pero esta nunca se llevó a cabo. Todas ellas fueron derivadas al despacho de Carla Vall, abogada que colabora con la institución, pero la mayoría no podían hacer frente a los costes de la asesoría jurídica.

Después fueron derivadas a la Academia de Cine española, que a su vez las envió a la recién creada unidad de atención a víctimas de violencia machista en el sector cultural gestionada por la fundación Aspacia.  “En Aspacia me dijeron que no nos podían ofrecer nada mejor que la Academia catalana”, ha lamentado una de las víctimas.

Fotos: Carlos Álvarez-Getty Images

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