Paul Schrader: "Cuando escribí ‘Oh, Canada’ pensé en De Niro"

Oh, Canada

El veterano director y guionista estrena Oh, Canada, adaptación de la novela homónima de Russell Banks, con Uma Thurman, Richard Gere y Jacob Elordi. Paul Schrader nos habla en primera persona y sin preguntas sobre la redención, el cine dentro del cine y el naranja rojizo de Ingmar Bergman. 

Por Begoña Donat

Un mosaico de perspectivas

“Cuando empecé a mover el guion de mi anterior proyecto, El maestro jardinero (2022), me señalaron que junto a El reverendo (2017) y El contador de cartas (2021) conformaba una trilogía de la redención. A los críticos no les gustan las tetralogías, así que aquello fue un buen punto de partida. La siguiente debía ser diferente.

Esta película es estructuralmente muy distinta del resto de mi cinematografía. Yo distingo entre cine monocular, en el que adoptas el punto de vista de un único personaje, y estereofónico, como fue el caso de Mishima, una vida en cuatro capítulos (1985). Oh, Canada es un mosaico donde conviven diferentes perspectivas”.

Cine dentro del cine

“Nunca me ha interesado rodar una película meta.  La idea de que el protagonista fuera un director de documentales la tomé del libro. Pertenece a la generación de los realizadores que se mencionan a lo largo del filme, Frederick Wiseman, Ken Burns… No obstante, Oh, Canada no trata sobre su profesión, sino que es la historia de un artista que quería ser novelista, pero terminó haciendo cine.

La película tiene escenas en blanco y negro y escenas a color porque hay dos líneas temporales: una es la entrevista al protagonista en el momento presente, que rodé en colores saturados, y la otra es el viaje de Virginia a Canadá, filmado en una explosión cromática en formato panorámico. Entremedias hay recuerdos al azar en blanco y negro y la parte en Cornell, donde de repente sale el sol y he utilizado el naranja rojizo característico de Ingmar Bergman. Mi intención con esta diferenciación no fue hacer una declaración de intenciones, sino ayudarte a entender la historia”.

Richard Gere y las tres condiciones.

“Cuando me interesa un actor para un papel, se lo propongo exponiéndole tres aspectos: ‘Tienes que leer el guion enseguida, darme una respuesta en dos semanas y entender cuáles son mis parámetros financieros’. Cuando escribí Oh, Canada, pensé en De Niro. Sólo accedió a las dos primeras condiciones, así que no le hice llegar el guion. Aquellos que aceptan se hacen a la idea de que su salario va a ser bajo y que vamos a rodar ese mismo año. Tener las cosas claras desde el principio lo hace todo más fácil”.

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Fotos: Andreas Rentz-Getty Images

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