Walter Salles (En la carretera) viaja a los tiempos de la dictadura en Brasil a través de la historia real de la familia Paiva. Inspirada en el libro Ainda estou aquí, en el que Marcelo Paiva relata el secuestro de su padre, la película es una advertencia ante el auge de las corrientes ultraderechistas.
Murilo Hauser y Heitor Lorega se alzaron con el premio al mejor guion en el Festival de Venecia por Aún estoy aquí, con el que el cineasta brasileño, Walter Salles (Estación central de Brasil), reconstruye la memoria de todo un país desde la memoria individual de Eunice Paiva, esposa de un secuestrado por los militares y madre de cinco hijos, una mujer obligada a reinventarse a sí misma y que pasó 30 años luchando por el reconocimiento del Estado de la muerte de su marido, el exdiputado Rubens Paiva. Ahora, el director acaba de recoger el Goya a Mejor Película Iberoamericana.
La película, protagonizada por una magnífica Fernanda Torres, nace del deseo del director de reconstruir esa parte oscura de la historia de su país y de sus propias emociones y recuerdos de adolescencia, cuando conoció, en los años 60, a la familia Paiva. En aquella casa, respiró aires de libertad, descubrió música, lecturas y, sobre todo, asistió a conversaciones sobre la dictadura que le marcaron profundamente. Tiempo después comprendió que la dictadura militar que derrocó al régimen elegido democráticamente en 1964 y que duró 21 años había roto el sueño de esos amigos y de todo un país.
“El punto de partida de esta película y de todas las que he hecho tiene que ver con que a mí me atraen siempre las historias que, de alguna manera, retratan un recorrido que es personal y que al mismo tiempo reflejan algo más amplio, más grande, que tiene que ver con el país”, explica Walter Salles, que ya había creado antes en sus ficciones relatos de personajes que tenían que reinventarse obligados por las circunstancias.
“Aún estoy aquí es también una película sobre la transmisión”, dice el cineasta, que al final de la historia reúne a varias generaciones de los Paiva en una comida familiar, en la que Eunice es una anciana que ha perdido la memoria, pero que reconoce la fotografía de su marido al verla en un reportaje televisivo.
Esa fragilidad de la memoria es uno de los aspectos que quiere destacar Salles en Aún estoy aquí, que alude a la victoria de la extrema derecha en su país. “Hoy es muy oportuna esta película, hay que intentar ofrecer reflexiones de este período, en mi opinión, es algo crucial y muy necesario para entender un pasado que ha sido muy traumático y para evitar repetir los mismos errores, que han sido letales”, reflexiona.
“La extrema derecha se aprovecha de la mala educación, de la desinformación, de las fake news, pero el cine puede contrarrestar algo de eso”, sentencia Salles, un cineasta que se mantiene en el más puro cine independiente, defendiendo “la diversidad de ser del cine”.
También te puede interesar:
- Premios Goya 2025: Todo podía pasar en Granada (y pasó)
- Maura Delpero, directora de ‘Vermiglio’, nos habla de la muerte de su padre y la historia de Italia: “Es una película tremendamente personal para mí”
- Jonathan Millet dirige ‘La red fantasma’, sobre la célula de espías formada por refugiados sirios: “Supe de personas que buscaban a los verdugos”
© REPRODUCCIÓN RESERVADA