Cuando el amor se acaba, no tiene por qué haber culpables. Así define Helena Taberna Nosotros, adaptación de la novela de Isaac Rosa, con María Vázquez y Pablo Molinero.
¿Cuál es la semilla del proyecto?
Desde siempre había querido abordar la cuestión del amor contemporáneo y, al descubrir esta novela de Isaac Rosa, pensé que era el punto de partida idóneo. Me sentí muy interpelada por su libro.
¿Y cómo fue la relación con Isaac Rosa?
Nos entendimos muy bien desde el principio. Él, como yo, es un gran cinéfilo. Por lo que supe después, más cineastas querían adaptar su novela, pero Isaac optó por mi visión.
La estructura narrativa que eliges para la película es distinta a la de la novela.
El texto de Isaac plantea un recorrido inverso por la relación de esta pareja, comenzando por el final. Es una estructura que a mí no me funcionaba para la película, así que opté por otra. Al final, literatura y cine son lenguajes muy distintos.
¿Qué otros elementos son diferentes entre ambas obras?
Me llevé la novela a mi terreno, e incorporé muchas cosas de mi propia biografía, por ejemplo.
¿Y qué opinó Isaac al respecto?
Apoyó desde el principio mi libertad creativa: entendió que cada persona podía interpretar su novela de una forma, y que ahí reside precisamente su riqueza. Además, hacer una traslación literal de una novela a la pantalla sería algo muy poco estimulante.
Te querré siempre, de Rossellini, juega un papel clave en tu película. ¿Otras influencias?
Revisé mucho a Antonioni junto a Txarli Arguiñano, director de fotografía. En concreto a la hora de preparar una serie de planos en los que se conjugan lo pequeño con la inmensidad.
¿Cómo trabajaste la puesta en imágenes del guion?
Lo más importante para mí era que la estética de la película se adecuase al relato, es decir, que forma y fondo fueran armónicos. Cuidamos al detalle las metáforas visuales, el vestuario, el trabajo con el color, la música de Pascal Gaigne…
Es un relato realista, pero se aleja del naturalismo gracias a cuestiones como el uso psicológico del color.
Eso es. La película tiene aliento poético. La idea era narrar una historia sencilla de una pareja sencilla, pero otorgarle la trascendencia propia del amor.
¿Cuál dirías que es la reflexión de la película?
La tesis es clara. El amor existe y, cuando se acaba, no tiene por qué haber culpables.
En este sentido, la película es triste, pero también luminosa.
Buscaba ser optimista. Me da mucho miedo el rencor y la amargura que veo en muchos rostros tras esos finales dolorosos en los que tantas veces se culpabiliza al otro.
Pablo Molinero y María Vázquez son los protagonistas.
Yo buscaba dos buenos actores que no fuesen excesivamente conocidos, ni excesivamente guapos, ni excesivamente ‘diferentes’. Me parecía que así sería más sencillo para el espectador identificarse con ellos.
¿Cómo fue el trabajo de dirección de actores?
En este sentido, tuve como principal referencia Amour, de Haneke, en la que se notaba que sus actores habían habitado aquella casa por la manera en que se relacionaban con los objetos. Por eso pedí que ensayásemos en el piso en el que íbamos a rodar.
¿Aportaron algo los actores a sus personajes?
Mucho. Por ejemplo, les pedí que trajesen objetos de sus casas que para ellos tuviesen un peso emocional.
¿Tenían algo de libertad o estaba muy medido?
Había secuencias de ambos tipos. Pero a mí me interesa mucho esa parte de libertad; de hecho, no soy directora únicamente de ficción, sino que también he hecho documentales.
¿Y qué te ha aportado como cineasta el género del documental?
Como decía Agnès Varda, todos los directores deberíamos transitar de vez en cuando el terreno del documental, porque enseña humildad. Y no humildad de esa falsa y rentable, sino de la que te hace estar en el mundo observando a los otros de manera amorosa y sutil.
También te puede interesar:
- Crítica ‘Nosotros’: Un relato conciliador sobre el final de las relaciones
- Mike Leigh se reúne con Marianne Jean-Baptiste en ‘Mi única familia’: “No es un documental sobre salud mental”
- Hablamos con James Mangold, director del esperado biopic ‘A Complete Unknown’: “Cuando vi a Bob Dylan sonreír tras contarle la película, supe que iba por buen camino”