Filmin estrenará el próximo 29 de noviembre el documental Al Margen, el tercer largometraje de Eduardo Casanova, el director detrás de Pieles o La Piedad. Tras su estreno mundial en el Atlàntida Mallorca Film Fest, la película inaugurará la 12ª edición de Rizoma compitiendo en la sección internacional Surrealismo Contemporáneo. Se trata de la primera incursión en el formato de largometraje documental del joven cineasta madrileño, cuya filmografía ha sido reconocida con el Arrebato de Ficción de los Premios Feroz y el Premio Especial del Jurado de Karlovy Vary por La Piedad, además de numerosas nominaciones y selecciones en festivales nacionales e internacionales (Festival de Sitges, Festival de San Sebastián, Berlinale, Festival de Torino, etc). Al Margen es un filme que, como versa su sinopsis oficial, retrata a Moisés, un hombre que en el año 2010 se quemó a lo bonzo en pleno centro de Madrid, ocupando las noticias de aquel día con el titular «aún se desconocen los motivos por los que este hombre decidió quemarse».
Moisés, que ha vivido siempre Al Margen de la sociedad, decidió que sería Casanova a quien le confiaría las razones que le llevaron a tal suceso. El cineasta explica: “Me advirtió que nadie más lo sabía, que no iba a ser fácil y que no le iba a creer… Cuando soltó las primeras palabras tuve una sensación parecida a la de cuando te dan un buen bofetón, de los que duelen y te dejan aturdido sin saber qué ha pasado. Cuando me recuperé, me di cuenta que iba a contar la historia más cruda, rocambolesca, dura y más real que jamás habría podido imaginar para un guion de ficción. Esto supuso un giro radical a todo lo que había hecho antes y dio a luz una nueva etapa en mi trabajo como director, con la que estoy muy feliz”.
El rodaje, que tuvo lugar durante seis años, consistió en un acercamiento a la vida y mente de Moisés, así como a la de su entorno, para indagar en la verdad y desvelar quién era la víctima y quién el verdugo. Casanova fue descubriendo, día tras día, lo oscuro de la trama, tal y como ahora lo hace el espectador. En palabras del director: “Me enfrenté a rodar cosas que sabía que no las iba a olvidar jamás; tampoco lo harán las espectadoras y los espectadores que la vean. He tenido miedo. He visto de cerca la muerte, la salud mental y su abandono. He entendido lo que supone vivir Al Margen”.
Y el cineasta sentencia: “Ahora es turno del público el enfrentarse a este retrato que conjuga puro true crime, realismo estético y surrealismo social con la vivencia de habitar en la periferia de la vida real. Yo solo tengo clara una cosa: esta historia tenía que rodarla para colocar en el centro del foco a las personas que viven en los márgenes”.
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