El drama del mundo del espectáculo Being Maria, de Jessica Palud, replantea la corta carrera y la trágica vida de la estrella de Último tango en París Maria Schneider desde la perspectiva del #MeToo. La actriz de El acontecimiento, Anamaria Vartolomei interpreta a Schneider, mientras que Matt Dillon encarna a su compañero de reparto Marlon Brando.
La película, que se encuentra actualmente en fase de posproducción y tiene previsto estrenarse en festivales a finales de este año, sigue en parte la controvertida producción y las desgarradoras consecuencias de la obra maestra de Bernardo Bertolucci de 1972, un hito que convirtió a Schneider en un icono al tiempo que la encerraba en una imagen sexualizada de la que nunca pudo escapar.
El segundo largometraje de Palud también marca un eco apropiado para el autor galo, que inició su vida profesional en el plató de Soñadores de Bertolucci.
Ponerse en la piel de Brando supuso para Dillon una tarea única, sobre todo porque la película en francés requería que el actor trabajara en una lengua desconocida. «Me dije a mí mismo que esto es algo que el propio Brando podría haber hecho, porque era muy valiente en ese sentido», explica Dillon en una entrevista a Variety antes de la Unifrance Rendez-Vous de París, donde Orange Studio está lanzando las ventas mundiales de la película. «Así que me gustó ese reto, el de interpretarle, pero también hacerlo en francés».
«También siento un verdadero amor por Marlon Brando, y ha estado conmigo desde que empecé a actuar», continúa Dillon. «Siempre ha estado conmigo, mientras que El último tango en París tuvo un profundo efecto por la naturaleza personal de la muy valiente interpretación de Brando. Así que esa fue la tentación. Por supuesto, hubo momentos en los que me decía: ‘Idiota, ¿Cómo puedes siquiera atreverte?'».
Por su parte, Anamaria Vartolomei quería honrar la chispa de Schneider y no quedarse en la oscuridad. «María era una figura muy positiva», dice Vartolomei. «Ella era fuego, picardía, libertad: una presencia electrizante».
«Siento una gran admiración por ella y por su carrera, porque supo sacar la fuerza que necesitaba para hacerse oír», prosigue Vartolomei. «Quería levantar el velo y romper el silencio sobre cuestiones tabú como la violencia y el sexismo en la industria. Quería proteger a las generaciones futuras, y eso, por desgracia, resuena con los acontecimientos actuales», asegura.
