La actriz es la protagonista de Die My Love, nueva película de Lynne Ramsay, a competición oficial en Cannes, y que cuenta también con Robert Pattinson, Sissy Spacek y Lakeith Stanfield.
Die My Love es el primer largometraje de ficción de Lynne Ramsay desde En realidad, nunca estuviste aquí que, en 2017, presentó también en Cannes. A la directora le ha costado mucho sacar sus filmes adelante. La tacharon de “difícil” cuando abandonó el rodaje de Jane Got a Gun y su deseo de independencia, de hacer sólo las películas que quiere hacer y cómo las quiere hacer la ha tenido todo este tiempo fuera del foco que merece una directora como ella con una voz tan única desde que debutó en Ratcatcher (1999).
En la rueda de prensa de Die My Love en el Festival de Cannes, posterior al estreno del filme que se alzó con seis minutos de ovación, aunque ha despertado con críticas mixtas, Jennifer Lawrence ha contado que descubrió a Ramsay precisamente en Ratcatcher y que desde entonces quería trabajar con ella y que le pareció la directora perfecta para llevar a la pantalla la novela de la escritora argentina Ariana Harwicz Matate, amor (2012).
“La escritura es muy especial”, explicó la cineasta de lo que le atrajo y también por los temas porque habla de sentirse “atascada, atascada creativamente, también de la pasión, el sexo…”.
Die My Love es la historia de una joven pareja que se muda al campo justo antes de tener su bebé, tras el nacimiento, ella pasa cada vez más tiempo sola con el bebé y empieza a tener problemas mentales.
Padres recientemente los dos en la realidad, el tema de esta historia resonaba mucho con los dos protagonistas. Jennifer Lawrence incluso se emocionó hablando del papel y de su propia experiencia maternal: “Cuando la leí me pregunté qué haría yo frente a lo que hace el personaje. Es desolador, devastador, poderoso… Cuando rodamos acababa de tener mi primer hijo, no hay nada como el postparto, te aísla… es una ansiedad extrema, depresión. Ellos viven en una comunidad pequeña lejos de todo, pero da igual donde estés, estás aislada y te sientes como un alien”, dijo para después darle las gracias, al borde de la lágrima, a Lynne Ramsay por la experiencia.
Para Robert Pattinson también ha sido una experiencia conmovedora y distinta: “Normalmente me atraen personajes agresivos y oscuros, pero Jackson era mucho más normal de lo que estoy acostumbrado, había algo muy universal… cuando estás lidiando con algo como el postparto o cualquier enfermedad mental, intentas lidiar con la soledad, después de ser padre intentas descubrir cuál es tu nuevo papel en la relación… es tremendamente complicado”.
“Recomiendo mucho tener hijos si eres actor”, dijo poco después Lawrence, cuando les preguntaron a los dos cómo ha impactado la maternidad. “Tener hijos cambia todo, cambia toda mi idea, influye en cada decisión, no sabía que podía sentir tanto y mi trabajo tiene mucho que ver con emociones y me ha abierto al mundo. Te sientes tan sensible, han cambiado mi vida para bien, y me han cambiado creativamente”.
Die My Love es un retrato doloroso de hasta dónde te puede llevar la maternidad, especialmente en los primeros meses después del parto. Depresión, ansiedad, miedo y crisis de identidad, como sufre la protagonista. “Quién soy como madre, como esposa, como persona sexual para mi marido, como creadora… Lucha contra la idea de que está desapareciendo”, explicó Lawrence. Toda la ira, desesperación y miedo contada a través de música estridente y una transformación casi animal en esta mujer que se mueve en un mundo onírico, fantasmal.
Solo su suegra (Sissy Spacek) parece ver y entender lo que ocurre, sabiendo, además, lo complicado que es ayudarla. “Creo que mi personaje es un poco la luz al final del túnel”, dijo la icónica actriz en la rueda de Cannes. “Es quien se agarra a la esperanza de esta mujer y ese bebé salven la familia”.
Para Ramsey, la historia de amor en el centro de la novela fue su forma de entrar a un asunto tan complejo.