Se oían rumores y se cumplieron. Tom Cruise llevaba ya un par de días por Cannes y, como imaginamos, se presentó por sorpresa en el encuentro programado este miércoles con Christopher McQuarrie, el director de Misión imposible: Sentencia final, que unas horas después tuvo su premiere mundial en el Festival.
Antes de su aparición en la sala Debussy, McQuarrie hizo, junto al periodista Didier Allouch, un recorrido a su carrera, a su relación con Cruise y al estado del cine. Contó que creció viendo más cine de los 40 y los 50 y quizá por eso se explica que tenga una tendencia inconsciente a personajes ambiguos, a cine negro, como dejó claro en la película que le introdujo en la industria de Hollywood, su guion de Sospechosos habituales por el que ganó un Oscar. "Durante mucho tiempo me encasillaron y ofrecieron películas de crímenes y yo no quería, fue Benicio Del Toro quien me dijo: ‘Si quieres decir algo, la única manera de que te dejen es así", explicó.
McQuarrie culpó a las plataformas de streaming del estado del cine. "No estoy aquí para defender el streaming porque soy un firme defensor de la experiencia en pantalla grande, y creo que lo que hace especial al cine es que cientos de desconocidos se reúnan para ver y experimentar algo juntos. El streaming corre el riesgo de llevar eso a su extinción", dijo.

(Photo by Stephane Cardinale – Corbis/Corbis via Getty Images)
TOM CRUISE Y EL FINAL DE ‘MISIÓN IMPOSIBLE’
Y esa emocional y enérgica defensa de la experiencia en el cine, de cine como cine, fue el momento de hablar de su gran amigo y colaborador Tom Cruise y de la aparición (casi) sorpresa del actor, quien hacía sólo tres años, había estado ya en ese escenario repasando también su carrera.
"Amamos las películas, amamos contar historias, amamos ver buenas películas, nos gusta verlas, somos personas, cineastas… Es tan sencillo como eso", dijo Cruise sobre lo que les unía a ambos en esta defensa de un cine espectáculo que, con el final de la franquicia Misión imposible, está en peligro.
¿Alguien ha dicho final? ¿Hay futuro para Ethan Hunt? Por supuesto fue una pregunta del moderador, de la que Cruise salió sin mojarse. "Prefiero que la gente vea la película y la disfrute. Nos lo hemos pasado genial haciéndolo y ha sido muy divertido. Sólo quiero que todos la disfruten. Disfrutadla y sabed que la culminación ha llegado ahora mismo".
La culminación de una franquicia con ocho películas y 30 años dedicados a ellas en cuerpo y alma. Nunca mejor dicho. La charla, de hecho, se puso realmente interesante cuando McQuarrie empezó a compartir anécdotas de algunas de las escenas de acción que se verán en Sentencia final.
Como la del biplano, donde Cruise es protagonista, operador de cámara y director de fotografía. "Él está solo arriba, es todo el equipo, se ilumina moviendo el avión y la cámara para que le dé el sol", contó el cineasta. Una escena, ya anticipada, cuyo límite de tiempo para rodaje debían de ser 12 minutos antes de que Cruise pudiera ponerse en peligro real, pero el actor aguantó y aguantó hasta casi los 20, con el equipo sin saber si él estaba bien, quedándose sin combustible y sin poder aterrizar mientras él siguiera subido a las alas. Una acrobacia que, por cierto, los expertos le dijeron que era imposible.
“No pidas permiso para hacerlo. Simplemente hazlo", explicó como su lema. "No esperes a que todo sea perfecto, porque nunca lo será. Las películas no son perfectas. La gente no lo es. La vida no es perfecta. Si quieres intentarlo, es mejor hacerlo”.
Volvió a insistir, como había contado en el Festival con motivo del estreno de Top Gun: Maverick, en su "falta de ante lo desconocido". “Siempre he sentido que no me importa enfrentarme a lo desconocido, y me gusta esa sensación. Es simplemente una emoción para mí. No es algo paralizante. No me molesta”, explicó. “No me importa enfrentarlo y aventurarme… La gente puede tener mucho miedo a lo desconocido, yo nunca lo he tenido”.