“Yo no soy un error, tú eres el puto problema”. Hacia el clímax de la película, Leo, la joven coprotagonista, explota. Hasta entonces, durante los días que ha pasado en Italia, ha tenido motivos de sobra para hacerlo. Y no es que, precisamente, se haya mordido la lengua. “Fuiste tú quien decidiste no ser mi padre”, le soltó al poco de llegar, mientras él seguía desconcertado por su visita inesperada. Pongamos las cosas en contexto: Baja de paternidad narra la escapada de una adolescente alemana que pone rumbo a Italia aprovechando un pico de trabajo de su madre. Ha decidido que es el momento ideal para plantarse ante su padre, al que nunca conoció, y averiguar los motivos que le llevaron a no mantener ningún vínculo con ella.
Después de firmar seis cortos y tras años dedicada a la interpretación, Alissa Jung debuta como directora de largometraje con este drama conmovedor y luminoso con el que, nos explica la cineasta, “quería reflexionar sobre las relaciones entre padres e hijos, que pueden estar llenas de amor, pero también de dolor. Quise explorar cuestiones como qué supone ser padre o madre, y qué significa ser hijo o hija. Y responderme a una pregunta: ¿cómo podemos llegar a ser sinceros con nosotros mismos?”.
Nos citamos, en el marco del BCN Film Fest, con Jung y sus protagonistas: la debutante Juli Grabenhenrich, intérprete prodigiosa de tan solo 16 años y ninguna experiencia, y Luca Marinelli, pareja en la vida real de la directora y actor conocido por películas como Martin Eden (2019) o Las ocho montañas (2022), y que recientemente estrenaba la serie M. Il figlio del secolo, en la que da vida a Benito Mussolini.
Ella es Leo, la niña en busca de sus orígenes y su identidad, y él es Paolo, un profesor de surf que no sabe cómo reaccionar cuando la hija de la que se desvinculó se planta ante él en el remolque en el que vive junto a un chiringuito de playa. Coproducción italo-alemana, Baja de paternidad bebe constantemente de un choque cultural que Jung conoce bien como alemana casada con un italiano.
Por poner un ejemplo, la madre de Leo, que en pantalla no es más que una presencia telefónica, no descubre que su hija ha salido del país. “Es una observación interesante, que demuestra la percepción tan distinta que se puede tener de ese detalle según de dónde seas. De hecho, para los productores alemanes nunca fue un problema, pero los italianos me preguntaban cómo podía ser posible”, explica la directora. “Te confesaré que me lo planteé, pero en realidad tenemos a una madre soltera que trabaja muchísimo y que se fía ciegamente en su hija, no es ninguna viva la vida. Y eso también habla muy bien de la relación que tienen, marcada por una sólida confianza mutua. Pero sí, puede que una madre italiana o española sí se diera cuenta”.
Para Grabenhenrich, dar vida a Leo fue un reto: “Antes de hacer el casting no me había planteado dedicarme a la interpretación, y no sé si seguiré haciéndolo. Pero para mí fue una aventura, un viaje parecido al del personaje, pasando dos meses fuera de casa y trabajando con tanta gente de otro país que hablaba otro idioma”.
Jung y Marinelli nos cuentan que durante el tiempo que duró el rodaje de Baja de paternidad decidieron vivir separados, por aquello de gestionar lo de llevarse el trabajo a casa. Y aprovechamos para preguntarles cómo manejaron ese aspecto cuando Marinelli interpretó a Mussolini. “Fue un trabajo muy exigente, increíble desde el punto de vista artístico y doloroso íntimamente. Y, en los tiempos que corren, fue una gran oportunidad para asumir la responsabilidad de participar de su mensaje antifascista. En cuanto a llevarme el personaje a casa… me interesa mucho tu respuesta”, dice entre risas mirando a su esposa.
Y ella sugiere más que aclara: “Cuando Luca prepara un papel se convierte en una aspiradora que absorbe cosas de todas partes. Al rodar sí lleva encima mucho del personaje y, cuando termina, necesita un tiempo para tomar distancia. Porque tan importante es prepararse como desprepararse. Me parece algo muy normal. Por eso no quise vivir con él mientras filmamos nuestra película”, remata la directora con una carcajada.