Félix Sabroso dirige a Carmen Machi, Pilar Castro, Nathalie Poza, Cecilia Roth y Candela Peña, por primera vez juntas en pantalla: “Furia’ es un retrato de la cultura de la crueldad”

Félix Sabroso dirige a Carmen Machi, Pilar Castro, Nathalie Poza, Cecilia Roth y Candela Peña, por primera vez juntas en pantalla: “Furia’ es un retrato de la cultura de la crueldad”

Furia

Félix Sabroso y su pareja artística, Dunia Ayaso, le dieron forma a un tipo de comedia pop del cambio de siglo que dejó huella. Perdona, bonita, pero Lucas me quería a mí; El grito en el cielo, DescongélateUna impronta que nunca se perdió del todo en sus películas y series, tampoco tras la muerte de Dunia, pero que en su próxima serie, Furia, que llega a HBO Max el 11 de julio, se revela más aún. A lo largo de ocho episodios vamos conociendo a cinco mujeres, aparentemente distintas entre sí, pero todas conectadas. A partir de cada una de ellas, Sabroso indaga y reflexiona en temas relevantes de hoy (desde la maternidad subrogada a la sostenibilidad de la moda, la crisis de la vivienda, la soledad…), llevándolas al límite de sus emociones y experiencias en un tono de sátira negra.

Para cada una de esas protagonistas, el director ha pensado en cinco actrices de primera fila; con algunas había trabajado, con otras, amigas, quería hacerlo. Las cinco nunca habían estado juntas en pantalla: Carmen Machi, Pilar Castro, Nathalie Poza, Cecilia Roth y Candela Peña. Y alrededor de ellas, un reparto destacado: Alberto San Juan, Pedro Casablanc, Claudia Salas, Claudia Roset, Iván Pellicer, Francesc Garrido… Sabroso llevaba años con esta historia y estas mujeres en la cabeza y siempre la pensó como una serie para poder desarrollarla con profundidad, sumergiéndonos en cada uno de sus universos. “Toda esa posibilidad enriquecedora de coralidad y de riqueza de puntos de vista te lo permite más una serie que una película”, argumenta.

 Ya en la promoción de Mentiras pasajeras hablabas de estar gestando un proyecto de una serie creada por ti… ¿era Furia?

Sí, probablemente. La principal diferencia entre las dos es que Mentiras pasajeras es una serie en la que me involucré como director, pero que no escribí, que era un encargo. Y en Furia estoy desde su génesis. La he creado entera.

 ¿Y cuál es esa génesis?

Me apetecía hacer un retrato caleidoscópico y muy coral de la contemporaneidad. Quería hacer una especie de retrato sobre un modelo social que se sostiene apuntalado a pesar de su decadencia, pero que sobrevive y que tiene una seña de identidad que tiene muchísimo que ver con una cierta deshumanización de la sociedad, con una cultura de la crueldad, con un sistema despiadado con el humano donde los intereses creados prevalecen por encima de los afectos o de la empatía con el prójimo.

¿Y siempre liderado por mujeres? Que es un poco marca de la casa…

Siempre liderado por personajes femeninos y en un tono de sátira que te permite llevar las cosas al límite, puedes ser más maniqueo, te puedes permitir el lujo de que haya villanos o bondades excesivas... Pero en este caso sí me gustaba que ellas no fueran exactamente heroínas, sino que tuvieran también grietas y que fueran personajes que pertenecen al mismo juego que proponen, con lo cual dan un golpe sobre la mesa o se vengan o acaban protagonizando un estado de furia…

¿Y escribes estos personajes pensando en estas actrices?

Desde que creé el perfil de los personajes y sus conflictos, pensé en ellas. Fui escribiendo con esos rostros en mente. Con Nathalie [Poza] y con Cecilia [Roth] no había trabajado nunca, pero forman parte de mi grupo de amigos y nos habíamos expresado el deseo mutuo de trabajar juntos. Y ahí ha llegado ahora. Son nuestras mejores actrices juntas por primera vez.

Empezaste por los personajes entonces, ¿no por los temas? Porque hay muchos…

He recorrido distintas temáticas que son muy contemporáneas como los desahucios o el esnobismo en el mercado del arte o la conciencia de clases que sigue cada vez más instaurada en nuestro modelo social o la lucha de clases. También el edadismo en el mercado laboral para las mujeres, la maternidad subrogada, la hipocresía de la moda sostenible… Partí de los personajes y cada una quiero que abrace unos temas. Como el personaje de Nat (Candela Peña), que es una mujer que le da la espalda a la realidad, algo muy contemporáneo, pero que también vive lo despiadado del mercado neoliberal alrededor de la moda… Cada personaje, al final, tiene varias puertas de entrada y jugué con eso.

También juegas con ellas porque las has colocado en personajes en los que no las hemos visto normalmente…

Como las conozco y, además, sé la voluntad de cualquier actor o de cualquier actriz de verse en pellejos diferentes o con personajes distintos a los que ha hecho, lo que sí me ocurrió es no incurrir en el tópico o no darles personajes que yo viese que ya habían hecho muchas veces. Porque formaba parte del juego de seducción. Y también porque es un reto divertido para mí.

Y de entre todos los temas que aparecen, uno lo vertebra todo que es la violencia contra las mujeres en distintas formas.

 Sí, hay una pregunta a la que sé que me voy a someter con esta serie y es por imaginar a unas mujeres tan activas y tan violentas. A mí me parece interesante que lideren tramas como las podría liderar un personaje masculino y que los personajes a la vez no sean heroínas porque han sido víctimas de los hombres, sino que forman parte del juego con defectos y con intereses creados por ellas también. No son víctimas pasivas porque son parte de un juego, porque la serie no deja títere con cabeza. En el retrato de lo social deja en mal lugar al ser humano. Y la diferencia es que si yo lo hiciera con hombres no hablaríamos del género y si lo hago con mujeres parece que estoy hablando sólo de la mujer. Es una serie de mujeres porque prefiero que las mujeres lideren esa trama en vez de personajes masculinos que es a lo que estábamos habituados para este tipo de historias.

Hablando de El tiempo de los monstruos dijiste que querías hacer algo más comercial… con Furia y Mentiras pasajeras has encontrado quizá ese equilibrio, ¿seguir siendo fiel a ti y a lo que quieres contar, pero logrando que llegue a más público?

Jau Fornés, que es mi pareja y es codirector de la serie también, me ha dicho que Furia es como si hubiese hecho El tiempo de los monstruos, pero ahora se entiende todo. Me hace gracia esa visión porque es verdad, tiene una parte de razón. A lo largo de mi vida profesional han pasado años entre proyecto y proyecto, ha pasado a veces demasiado tiempo y la conclusión que saco últimamente es que me he involucrado de verdad en lo que quería contar. No sólo me ocurrió en El tiempo de los monstruos o en esta serie, también cuando hice La isla interior o Los años desnudos. Son proyectos que se parecen a mí, a mis preocupaciones y a lo que pretendo transmitir y, precisamente, haber podido ser así de libre me ha costado muchos años de ganarme la confianza de quienes me producen. Según pasa el tiempo, estoy en general bastante orgulloso, es verdad que he tenido que recurrir en varios momentos de mi carrera, para sobrevivir, al teatro comercial o a dirigir algo por encargo con lo que no me sentía tan identificado —aunque lo he hecho con el mismo cariño y la misma dignidad—, pero sí que las cosas se van pareciendo y me parecía importante que Furia tuviera los mismos parámetros, digamos, de atractivo comercial, que entretenga, y encontrar ese equilibrio con esa energía muy pop de mis primeras películas. Creo que he encontrado ese equilibrio entre el que fui entonces y el que soy ahora.

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