‘La acusación’: Grito de ayuda para profesores

‘La acusación’: Grito de ayuda para profesores

El director Teddy Lussi-Modeste escribió ‘La acusación’ a partir de la historia que él mismo vivió cuando enseñaba en un colegio.

El director Teddy Lussi-Modeste escribió ‘La acusación’ a partir de la historia que él mismo vivió cuando enseñaba en un colegio y fue denunciado por acoso por una alumna.

Por Nando Salvá

Un rumor infundado se propaga hasta generar una sospecha y, en cuanto esta es tomada suficientemente en serio, provoca una persecución. Ese, en pocas palabras, es el proceso que Teddy Lussi-Modeste (Jimmy Rivière) relata en su tercer largometraje con el objetivo de exponer la desprotección que los docentes franceses sufren a causa de las deficiencias del sistema educativo del país, e inspirándose en la experiencia que él mismo vivió hace unos años mientras hacía una suplencia de seis meses como profesor en un instituto de educación secundaria.

“Un día, el director del Departamento de Educación me entregó una carta que le había escrito una de mis alumnas”, explica el director, que no ha dejado de dar clases pese a su carrera cinematográfica. “La niña, de 13 años, afirmaba que en el aula yo me dedicaba a mirarla mientras me tocaba el cinturón”. Poco después, asegura Lussi-Modeste, uno de los hermanos mayores de la chica lo amenazó de muerte, y otro la acompañó a comisaría a poner una denuncia. “Yo me negué a solicitar una baja médica, porque pensé que hacerlo sería como una admisión de culpa. En lugar de eso, cada día salía de la escuela preguntándome si me iban a romper las piernas; me sentía presa del miedo, la vergüenza y también la culpa, porque temía que mis propios compañeros pudieran ser atacados a causa de mi problema”.

En La acusación, el actor François Civil –encargado de dar vida a D’Artagnan en el reciente díptico Los tres mosqueteros– interpreta a un profesor de francés inexperto e idealista que aspira a contagiar a sus estudiantes su amor por el lenguaje y que un día, empujado por su entusiasmo, elogia de forma probablemente inapropiada el aspecto físico de una alumna. Entonces empieza su pesadilla: la joven lo señala como acosador, el hermano de ella insiste en que lo va a matar y el resto de estudiantes se ponen en su contra, convirtiendo su sexualidad en asunto de burla; la dirección de la escuela, entretanto, se muestra demasiado preocupada por su reputación como para darle su apoyo, y el resto de profesores también lo van dejando solo paulatinamente. Él podría dejar el empleo, pero el deseo de transmitir conocimientos se lo impide: “Quiero ser ese maestro al que no olvidas, el que te cambia la vida, como el maestro que cambió la mía”.

El título original de La acusación es Pas de vagues, y coincide con una expresión francesa cuya traducción literal es “no hagáis olas” y que más precisamente significa “no causéis revuelo”. Además, #PasDeVagues es un hashtag usado desde 2018 por maestros que, después de que se hiciera viral un vídeo que mostraba a un alumno amenazando a un profesor con un arma de fogueo, se organizaron en redes sociales para protestar por intimidaciones y agresiones que habían sufrido por parte de sus estudiantes. Muchos de quienes compartieron sus historias aseguraron no haber recibido ninguna asistencia por parte de los centros donde trabajaban tras reportar insultos, amenazas e incluso violencia.

“Esta película es como un grito de ayuda”, explica Lussi-Modeste, que escribió La acusación a medias con Audrey Diwan, ganadora del León de Oro en Venecia por El acontecimiento (2021). “Es urgente que los colegios vuelvan a ser un entorno seguro. La sociedad necesita más que nunca que la transmisión entre profesores y alumnos sea efectiva, necesitamos unirnos en torno a los valores humanistas, aquellos que aprendemos precisamente en la escuela, y que son los que nos permitirán neutralizar los discursos de odio que intentan ponernos los unos contra los otros”.

Irónicamente, las buenas intenciones de la película no impidieron que justo antes de su estreno en Francia fuera acusada por un puñado de internautas de desacreditar a las víctimas de acoso y promover una sociedad patriarcal en la que las mujeres son consideradas mentirosas. “Soy plenamente consciente de que el porcentaje de denuncias falsas es muy bajo”, replicó el director para salir al paso de la controversia. “Lo que he querido decir con esta historia es que necesitamos crear protocolos efectivos para recabar testimonios de las víctimas, que garanticen tanto su seguridad como la de los docentes. También he querido rendir homenaje a todos esos profesores que siguen sintiendo la necesidad de enseñar, aunque sea en detrimento propio”.

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