Los cinco largometrajes que Spike Lee y Denzel Washington han rodado juntos componen una de las asociaciones creativas entre un director y un actor más fructíferas que Hollywood ha dado en mucho tiempo. Esta colaboración se ha prolongado a lo largo de tres décadas y media y ha explorado numerosos aspectos esenciales en la comunidad afroamericana. “Cuando Denzel y yo empezamos a trabajar en esta película, ni él ni yo podíamos imaginar que ya habían pasado nada menos que 19 años desde la inmediatamente anterior que hicimos juntos, Plan oculto, porque parece que fue ayer cuando la rodamos y porque no hemos perdido un ápice de nuestra complicidad”, explicaba el director en el pasado Festival de Cannes, acerca de la quinta de esas colaboraciones, tal vez la que pondrá fin a su alianza. “Después de todo, Denzel ha comentado que tiene intención de retirarse. En todo caso, creo que hemos formado un buen equipo”.
Su filmografía compartida, que se compone de Cuanto más, mejor (1990), Malcolm X (1992) y Una mala jugada (1998), se completa ahora con Del cielo al infierno, una reinterpretación de la intriga criminal El infierno del odio (1963), dirigida por el maestro japonés Akira Kurosawa. La película está protagonizada por un magnate que se ve enfrentado a un espantoso dilema moral cuando, en vísperas de un acuerdo financiero de gran importancia, el secuestrador que iba a raptar a su hijo se lleva por error al hijo de su chófer. La nueva versión traslada el relato a Nueva York y convierte a su protagonista en un productor musical –en la película original, ambientada en Yokohama, el personaje encarnado por Toshiro Mifune era un empresario zapatero–, pero plantea la misma cuestión que su predecesora: ¿debería ese hombre echar por tierra su plan comercial para salvar a un chico que no es de su familia?
“Kurosawa siempre ha sido uno de mis referentes”, confiesa Lee. “De hecho, para rodar Nola Darling (1986) me inspiré en una de sus obras maestras, y siempre he admirado cómo combina lo épico con lo íntimo, cómo transforma dilemas morales en auténticas lecciones de vida y cómo su narrativa trasciende culturas y épocas”.