El Señor de los Anillos, la legendaria obra de J.R.R. Tolkien, ha servido de fuente de inspiración durante décadas para todo tipo de adaptaciones, incluidos videojuegos que narran batallas épicas, enfrentamientos cargados de adrenalina y viajes inolvidables, como el popular La Tierra Media: Sombras de Mordor o el reciente y menos afortunado El Señor de los Anillos: Gollum. El nuevo título, Tales of the Shire: Un juego de El Señor de los Anillos, disponible a partir del 29 de julio en las principales plataformas, da un giro a lo que habíamos visto hasta ahora y pasa a explotar algo que había quedado en un segundo plano: la idílica tranquilidad y el ambiente de cuento de hadas de la Comarca, la mítica región de la Tierra Media habitada por los hobbits.
En Tales of the Shire no veremos acción ni estrategia, sino un juego de espíritu relajante y amable, similar en algunos aspectos a los simuladores de vida de la conocida saga Animal Crossing, de Nintendo. Una vez creado el hobbit, al que le dará la bienvenida el mismísimo Gandalf, el juego lleva al protagonista a realizar las tareas típicas de la vida sencilla y frugal de estos habitantes del mundo fantástico de Tolkien, como cocinar, pescar, decorar el humilde pero acogedor hogar y, por supuesto, ayudar de diversas formas a hacer de Delagua, la aldea del jugador, un lugar más bonito y hospitalario.
Todo ello ocurre en medio de las verdes colinas de la Comarca, recreadas con un estilo artístico especialmente brillante y deliberadamente retro, de colores pastel. En definitiva, es un producto que recuerda en muchos aspectos a algunos títulos de principios de milenio, con una música relajante de fondo y una atmósfera distendida, gracias en parte a la ausencia de diálogos hablados que dejan espacio a interacciones puramente textuales entre los personajes. Esta es una característica bastante habitual en los juegos independientes de hoy en día y que también era común en muchos títulos del pasado, sobre todo los de fabricación japonesa.
Delagua se convierte así en una pequeña y vibrante comunidad, un oasis de felicidad en el que sumergirse y tomar aire, con una jugabilidad diseñada en todos los sentidos para relajarse y desconectar del día a día proyectándose en un mundo mágico. Sus gráficos, a pesar de ser anticuados, atrapan la vista gracias a sus colores vivos y a su música ligera, típica del subgénero, que sirve de descanso. Aquí nadie tiene que preocuparse por la presencia de ejércitos de orcos o dragones malvados. Al contrario, el protagonista podrá dedicarse a las actividades que suelen hacer los hobbits en su día a día, como pescar, recoger fruta y hierbas silvestres, intercambiar objetos con los demás habitantes o preparar platos caseros para compartir con sus amigos y estrechar lazos de amistad.
En pocas palabras, el título explota la icónica y atemporal atmósfera de El Señor de los Anillos con la idea de crear una zona de confort bastante inusual para los seguidores del universo de ficción de Tolkien. Prueba de este esfuerzo es también la versión física del juego lanzada para PS5 y Switch, que viene con el mapa de Delagua en una caja que intenta transmitir, con cierto éxito, la misma sensación de calma y paz que destila el título. Un pequeño canto a la tranquilidad en un formato agradable y accesible para todos, en medio de un océano de títulos más desafiantes orientados a la acción frenética.