Crítica de ‘Diamante en bruto’: Los efectos de la telerrealidad y las redes sociales

Crítica de ‘Diamante en bruto’: Los efectos de la telerrealidad y las redes sociales

Diamante en bruto

En Diamante en bruto, Agathe Riedinger reflexiona y critica la idealización de la belleza femenina.

★★★

Como aficionada a los reality shows, la directora Agathe Riedinger sabe que son programas que representan y ensalzan lo peor de nuestra sociedad, desde la violencia a la cosificación de la mujer, la elevación de la superficialidad… pero también, poniéndose en el punto de vista de las distintas personas que los ven, sabe que para muchos de ellos son una vía de escape, son una puerta a un futuro mejor. Desde esa premisa construyó a Liane, la protagonista de su ópera prima, Diamante en bruto que estrenó en Secció Oficial a competición en el Festival de Cannes del año pasado.

Liane tiene 19 años y vive obsesionada con alcanzar la fama que han logrado ya otras protagonistas de realities y algunas influencers. Criada en un hogar absolutamente desestructurado, con una madre que nunca la ha querido, intenta darle a su hermana pequeña el amor que ella nunca tuvo y que ha acabado encontrando en las redes sociales. Imitando esos cánones de belleza actuales, intenta alcanzar su sueño de llegar a un reality, su maquillaje, su ropa es su armadura, su casco, que no máscara. Es su forma de presentarse segura y confiada ante un mundo en el que está convencida que triunfará.

Diamante en bruto es un estudio de personaje (con una increíble actriz debutante, Malou Khebizi), así como una reflexión y crítica a esta sociedad obsesionada con la perfecta imagen femenina. Riedinger, a través de una estética y juegos de cámara muy actuales y efectistas, sigue a Liane sin jamás juzgarla ni culparla, pero tampoco victimizarla. Nos invita a entenderla, a entender su devoción a las redes y las falsas estrellas que de ahí nacen.

© REPRODUCCIÓN RESERVADA