Crítica de ‘Indomables’: Jacob Elordi brilla en un romance queer tan contenido que no se atreve del todo

Crítica de ‘Indomables’: Jacob Elordi brilla en un romance queer tan contenido que no se atreve del todo

Crítica Indomables

★★★

Ambientada en la América de finales de los años 50, Indomables sigue a Muriel (Daisy Edgar-Jones) y Lee (Will Poulter), una joven pareja que intenta construir una vida estable en San Diego tras la Guerra de Corea. Pero todo cambia cuando aparece Julius (Jacob Elordi), el carismático y enigmático hermano de Lee, que introduce tensión, misterio y una nueva dimensión emocional en la vida de ambos.

Este drama de Daniel Minahan basada en la novela de Shannon Pufahl es puramente una película de amor que desdubuja la imagen de seductor que Jacob Elordi se había construído en sus últimos títulos, pero es, sobre todo, un ejercicio de contención, deseo y melancolía.

El triángulo emocional que se genera entre Muriel, Lee y Julius se construye más desde miradas los silencios y los pequeños gestos, que desde grandes explosiones dramáticas. En este sentido, Minahan ha logrado una narrativa pausada y contemplativa es poderosa pero puede llegar a resultar demasiado lenta por momentos.

La represión del deseo el despertar de la identidad sexual y la búsqueda de la libertad en la intimidad en un mundo que no está preparado ponen al personaje de Elordi en un lugar vulnerable. Will Poulter cumple como contrapunto emocional y sobre él recae el relato de la masculinidad herida. Por su parte, el arqurtipo de esposa abnegada de Daisy Edgar-Jones evoluciona hacia la profundidad a medida que avanza la película.

Indomables es una película elegante es sobria y es bella destacando la nostalgia del desierto americano y los suburbios de neón en Las Vegas, pero peca en ocasiones de caer en lo gélido. No termina de aprovechar todo su potencial y promete tormentas emocionales que quedan en la superficie y eara vez explotan.

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