Diego Calva protagoniza ‘Indomables’, un romance con Jacob Elordi en Las Vegas de los 50: “A medida que tu carrera crece tu nacionalidad es menos importante”

Diego Calva protagoniza ‘Indomables’, un romance con Jacob Elordi en Las Vegas de los 50: “A medida que tu carrera crece tu nacionalidad es menos importante”

Diego Calva

Después de una destacada incursión en el gran Hollywood con su papel en Babylon, el actor mexicano que soñaba con ser director protagoniza Indomables y se enamora, en todos los sentidos, de Jacob Elordi, mientras se consolida como uno de los nombres más prometedores de la industria en EE. UU. y en su país, donde este año protagonizó la serie Celda 211.

Años 50. Muriel (Daisy Edgar-Jones) y Lee (Will Poulter), recién casados, se mudan de Kansas a San Diego para iniciar una vida estable. Julius (Jacob Elordi), hermano de Lee, vuelve de la guerra de Corea y termina en Las Vegas explotando su talento en el póquer. Diego Calva interpreta a Harry en Indomables (estreno en cines 8 de agosto), un personaje clave que cruzará su camino con Julius, viviendo una apasionada historia de grandes apuestas y amores a escondidas.

¿Cómo definirías a tu personaje en Indomables?
Henry es un migrante mexicano en EE. UU. después de la guerra de Corea que se dedica a cazar estafadores en casinos. En ese proceso conoce a Julius, se enamoran, y la historia gira en torno a eso. Para mí, Henry es como un perro callejero que no ha recibido mucho amor, pero tiene mucho para dar.

La figura del cazador de tramposos en casinos es poco conocida. ¿Sabías algo de este trabajo y de la etapa del inicio de la industria del juego en EE. UU.?
El director nos explicó la importancia de la creación de Las Vegas en la posguerra en EE. UU., cómo los casinos y bares clandestinos estuvieron poblados por soldados que regresaban de la guerra. Mi investigación partió de ahí. Además, siempre he tenido afición por las cartas, aunque de otro tipo, como Magic y Pokémon. Empecé a trabajar con Jacob Elordi desde ahí y nuestros personajes acaban teniendo una relación cercana.

Elordi y tú establecéis una relación profunda en la película. ¿Cómo ha sido trabajar tan íntimamente con él?
Con Jacob tuve un acercamiento muy interesante. Nos conocimos en una situación un poco friki, jugando videojuegos, y descubrí que es un actor muy dedicado. A mí me gusta estudiar y luego llegar libre al set, mientras él es muy metódico. Tenemos procesos distintos para la actuación, pero nos complementamos muy bien; él ensaya mucho y yo soy un poco sinvergüenza [risas].

¿Qué crees que sorprenderá a la gente sobre esa industria de Las Vegas en los años 50?
Más que la situación del juego, creo que el público debe ver Indomables como un recordatorio de que en 1950 la comunidad LGTB estaba prohibida y tenía que amarse a escondidas en lugares clandestinos. Me gusta pensar que la gente captará que debemos seguir avanzando y no retroceder en derechos y libertades.

En Babylon ya trabajaste con Brad Pitt, interpretando un personaje con paralelismos contigo.
Sin ninguna duda, Babylon (2022) marcó un antes y un después en mi carrera. Fue mi primera película grande en EE. UU. y trabajé con superestrellas como Brad Pitt. Yo también vi esos paralelismos entre mi personaje Manny Torres y yo, Diego Calva: antes de ser actor estudié dirección de cine y busqué la forma de entrar a la industria; a mí me tocó acabar actuando, a Manny producir y dirigir. Esa experiencia me dio mucha perspectiva.

¿Está en tus planes retomar tu camino como director?
Sí, quisiera regresar a México para producir y dirigir, pero el amor a la actuación me ocupa casi todo el tiempo ahora. Voy paso a paso, pero tarde o temprano cumpliré ese sueño.

¿Cómo está siendo tu experiencia como mexicano en Hollywood? ¿Encuentras oportunidades de personajes alejadas del estereotipo?
Cada vez más, a medida que tu carrera crece y puedes decidir, haces un nombre y tu nacionalidad es menos importante. Te llaman por personajes, no por estereotipos. Pero aún es importante tenerlo en cuenta. Estoy intentando surfear ambas industrias, seguir activo en la de mi país y también darlo todo cuando trabajo en EE. UU.

Como españoles, tenemos que preguntarte por la serie mexicana basada en Celda 211. ¿Conocías la película y a Luis Tosar?
Ya conocía la película y me gustó mucho, pero no la revisité porque la serie en México está basada más en el libro. Es una versión distinta, con temática más cercana a la escena mexicana, sin la relación con ETA, por ejemplo. Además, el ‘Malamadre’ de Tosar es legendario, y lo mejor con algo tan bueno es hacer una versión libre, no copiar.

¿Cómo fue el proceso de adaptación a la realidad de las cárceles y la problemática mexicana?
El director, Jaime Reynoso, junto con los guionistas, encontró una noticia real en México de la que partir: un intento de fuga en un penal de Reynosa por un contador del narco que intentaban sacar. Adaptaron el libro a esta situación mexicana, que pasa más a menudo de lo que quisiéramos, pero ocurre.

Has trabajado en México, EE. UU. y España, ¿qué experiencia te llevas de estas industrias tan diversas?
He encontrado que el lenguaje del cine es universal. Si hay diferencias son las jerarquías o que en EE. UU. tienen más recursos, juguetes más grandes, digamos, pero al final no importa el país ni el tamaño del proyecto: el lenguaje y los sentimientos son los mismos.

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