El regreso de Ulises (en cines desde el 22 de agosto), de Uberto Pasolini, narra la llegada de Ulises, atormentado por los compañeros perdidos y por la violencia que ha perpetrado.
“Hoy, la obra de Homero se siente tristemente relevante, nos obliga a afrontar el drama de la guerra, de los que la combaten y de los que se quedan atrás”, sentencia Uberto Pasolini, que dirige esta adaptación del clásico, protagonizada nada menos que por Ralph Fiennes y Juliette Binoche.
El cineasta recoge la última parte de la Odisea, cuando después de 20 años de ausencia, Ulises (Odiseo, en griego) regresa por fin a Ítaca, donde le esperan su mujer, Penélope, y su hijo Telémaco, al que aún no conoce. En su vuelta, tendrá que salvar la vida de su hijo y deberá enfrentarse a muerte a los pretendientes que aspiran a casarse con su mujer para heredar el trono de la isla.
La película que propone Pasolini (Nunca es demasiado tarde, Cerca de ti y, más conocido como productor de Full Monty) es la historia del reencuentro de una familia, en la que no existe la aventura del viaje de regreso desde la Guerra de Troya, no aparece la amenaza de los lotófagos, no hay sirenas, ni cíclopes, ni está la hechicera Circe. En esta aventura hay ausencia, dolor y miedo. Ulises tiene que reconquistar a su mujer, hacerse digno a los ojos de su hijo y recuperar su reino.
El soldado herido
“En esta película, estamos tomando un mito antiguo que es conocido en todo el mundo, y estamos revelando la verdad humana que se esconde detrás de esa antigua historia heredada, encontrando en lo mítico figuras humanas como nosotros. Profundizamos en la psicología, haciendo hincapié en los conflictos tanto externos como internos y dando a una historia de 3.000 años de antigüedad la poderosa inmediatez de un thriller contemporáneo”, explica el director.
El regreso de Ulises es la vuelta a casa de un soldado herido, atormentado por la muerte de sus compañeros, víctimas de la misma violencia que él empleó en la guerra. Ahora se encuentra con una familia desgarrada por su ausencia y su recuerdo, y amenazada también por la violencia de los otros.
Pasolini, consciente de la complejidad de esta epopeya, decidió trabajar la historia con dos reconocidos guionistas, Edward Bond, autor de los diálogos de Blow-Up (1966) y fallecido poco después de este encargo, y John Collee, responsable, entre otras, de Master and Commander (2003). Después, el director acudió con la oferta a su amigo, el actor Ralph Fiennes, que confiesa: “El personaje de Odiseo siempre ha resonado en mí”.
Un hombre asustado
«Decimos de él que es un héroe griego, pero en el mundo de la película ha sido soldado 10 años, en los que ha perpetrado actos de violencia. Y lo que te hace matar, te devora de odio. Uberto Pasolini tenía muy claro que se trata de un hombre que lleva una sombra terrible. Está casi asustado de enfrentarse a Penélope, su esposa, que lo está esperando. Está demasiado asustado para confrontarla con el hombre en el que se ha convertido”, añade el actor.
Fiennes, que ha seguido un estricto entrenamiento para conseguir el cuerpo de un guerrero, visiblemente musculado, recibió el Premio de Honor en el pasado BCN Film Festival y en un encuentro con los periodistas en el certamen, sentenció que “la guerra es la gran obscenidad del ser humano”.
Un reencuentro
Con él, coprotagonizando la película se encuentra Juliette Binoche. Este trabajo supone para ellos un sonado reencuentro, ambos intérpretes ya habían coincidido en títulos como Cumbres borrascosas o El paciente inglés. A propósito de El regreso de Ulises, la actriz ha recordado el tiempo que dedicó a leer la Odisea a sus hijos. “Tuve tiempo para indagar en ello, de hecho, unos años. Así que cuando me llegó la película, realmente me metí en ella, la disfruté y me encantó”.
Con ellos se encuentran Charlie Plummer, en el papel de Telémaco; Claudio Santamaria, interpretando a Eumeo, esclavo, pero fiel al rey ausente; Marwan Kenzari, dando vida a Antínoo, uno de los aspirantes a casarse con Penélope, y Ángela Molina, como Euriclea, la que fuera nodriza de Ulises, compañera y cuidadora de su mujer en su ausencia.
Todos ellos son cómplices en la mirada de Uberto Pasolini al clásico griego, un grito contra la guerra y sus terribles consecuencias. “Ciertamente, es una película sobre la guerra y es una película sobre lo que la guerra hace a la gente. Es una película sobre la dificultad de deshacerse de la violencia, que ha sido inculcada en las personas que han estado en la guerra. Se trata de una historia que hace la pregunta de cómo te deshaces de la sangre que has presenciado”, dice el director, que concluye: “El horror de la guerra impregna una sociedad, incluso si esa sociedad está lejos de la batalla. Desgraciadamente, hoy en día en todo el mundo, en Europa y en Oriente Medio, estamos volviendo a ser testigos de los horrores de la guerra”.