Entrevista exclusiva: Timothée Chalamet sobre ‘A Complete Unknown’: “Creo que es el papel más importante de mi carrera”

Timothée Chalamat A Complete Unknown

Antes de meterse en su personaje, Timothée Chalamet sabía muy poco sobre Bob Dylan. Ahora, después de A Complete Unknown, es un fiel devoto de su ‘iglesia’. El actor nos cuenta que este es el papel más importante de su carrera en una entrevista exclusiva realizada antes de la temporada de premios por la que ha pasado como gran nominado, alzándose este fin de semana, por fin, con uno de ellos en los SAG Awards.

Por Roberto Croci

Tenía 19 años cuando llegó a Nueva York desde Minnesota con su guitarra y un talento que cambiaría el curso de la música estadounidense (y mundial). Fue en ese contexto, en el que la nación americana estaba en pleno proceso de redefinición en medio de una gran agitación social, política y cultural, cuando Bob Dylan forjó relaciones muy sólidas con los músicos de Greenwich Village, piezas clave para su ascenso, que culminaría con la controvertida actuación en el Festival de Folk de Newport de 1965. Basándose en el libro Dylan Goes Electric!, de Elijah Wald, el director James Mangold (que tiene en su currículum otro biopic de músico celebrado, En la cuerda floja, y filmes aplaudidos como Logan) repasa esos cuatro años que marcaron su ascenso de vagabundo salvaje a icono del rock and roll. Años por los que pululan figuras de la talla de Joan Baez (Monica Barbaro), Woody Guthrie (Scoot McNairy), Pete Seeger (Edward Norton) o Johnny Cash (Boyd Holbrook). Con mención aparte para el personaje de Sylvie Russo (Elle Fanning), tras el que en realidad se esconde la artista Suze Rotolo, el gran amor de juventud de este Dylan encarnado por Timothée Chalamet en A Complete Unknown por el que opta al Oscar.

¿Qué pensaste cuando James Mangold te ofreció el papel?

Cuando se puso en contacto conmigo hace seis años, yo acababa de terminar el rodaje de Call Me By Your Name. Por supuesto que conocía a Bob Dylan, pero para mí no era más que un nombre; sabía que era un dios para millones de seguidores y por eso sentía un profundo respeto. No sabía nada de su vida y sólo algo de su música. No me di cuenta de lo profunda que era esa veneración ni de hasta qué punto la iglesia de Bob se ha convertido en la misión de muchos humildes discípulos hasta que me sumergí en las letras de sus canciones y poemas. Creo que es el papel más importante de mi carrera. Al fin y al cabo, Bob es un ídolo y me gustaría que mi generación también lo apreciara.

Hablas de poesía. ¿Qué impacto tuvo la música de Bob Dylan en tu vida?

Empecé a oír el nombre de Dylan por un amigo de mi padre, un discípulo en toda regla, fanático y obsesionado con su música. Larry, ese amigo, tenía en su piso un enorme retrato de Bob en blanco y negro que cubría toda la pared. Luego, con los años, descubrí Blowin’ in the Wind y The Times They Are a-Changin’, dos emblemas que forman parte del tejido social estadounidense y que son tan importantes como This Land Is Your Land, de Woody Guthrie. Cuando empecé a sumergirme en el papel, a comprender el significado histórico de la película, me di cuenta de que estas canciones forman parte de mi ADN. Las escribieron poetas increíbles, y conmovieron emocionalmente el alma de generaciones enteras. Durante estos años, he podido explorar diferentes etapas de la música de Bob y también descubrir hasta qué punto había influido en el compromiso político de millones de personas. He estudiado mucho su faceta filosófica y espiritual cristiana, los años 90 de Time Out of Mind y los 2000 de Things Have Changed, un período que me gusta especialmente.

Timothée Chalamet A Complete Unknown

¿Cómo fue la colaboración con el director James Mangold?

Llevo años hablando con Jim. Nos reunimos por primera vez en Toronto con motivo del estreno de su película Le Mans ’66. Fue entonces cuando me contó el proyecto y empezamos a trabajar en él. Hemos hablado de música, de la elección de canciones y pasamos mucho tiempo juntos durante la COVID trabajando en el guion en su casa de Malibú. Cuando empezamos a rodar, no había nerviosismo, ya que nos conocíamos y estuvimos listos desde el primer día. Fue una experiencia única, como reencontrarse con un viejo amigo después de años sin verse y sentir esa profunda conexión como si nunca nos hubiéramos separado.

Mangold conoció a Bob. ¿Tú pudiste hablar con él?

No, no tuve ningún tipo de interacción porque Jim no creía que fuera importante para crear a nuestro Bob. Y la verdad es que estoy muy contento con su elección, porque refleja su personalidad a la perfección.

¿Fue difícil aprender a cantar como él?

Me costó mucho captar su estilo único. He trabajado cinco años, llevando la guitarra siempre conmigo. Trabajé con un profesor de guitarra, un entrenador vocal, un coach de dialecto, un director de movimiento e incluso con un armonicista. Incluso llegué a escribir las letras de Dylan en hojas de papel y a pegarlas en las paredes de casa. Sin embargo, la voz áspera sólo me salió cantando en directo ante el público, ayudado por micrófonos de la época. Estudié danza y canto en la escuela de música LaGuardia, pero no me considero cantante. He pasado años trabajando para captar la esencia de Bob y espero haber podido reproducirla en parte porque siento una profunda admiración por su trabajo y su determinación. Sabía lo que quería escribir y cantar desde muy joven; su mensaje era muy claro.

¿Has recorrido físicamente los pasos del viaje de Dylan de Minnesota a Nueva York?

Sí, aunque el paisaje de hoy poco tiene que ver con el de los años 60. Hice paradas en Minneapolis, Madison, Chicago y Cleveland. Solo. Como actor, sentía la necesidad de crear esos momentos de aislamiento, de rumiar desde el interior y de escuchar su música mientras volvía sobre sus pasos. Cuando llegué a Nueva York, había resuelto algunas inseguridades y había desarrollado cierta curiosidad por su mundo. Conocer a personas clave, como el abogado que le ayudó a cambiarse el nombre, me resultó muy útil. Me contó pequeñas anécdotas que siguen siendo un secreto y pude ver la casa donde creció. Descubrir estas pequeñas pistas me ayudó a entender cómo quería interpretarle.

Es una película sobre la música, pero también sobre el amor y la amistad. ¿Crees que la música cura el alma?

Por supuesto. La música es amor, es pasión, es curación, es meditación, es el lenguaje del alma. La música de Bob es un gran ejemplo de ello. Desde Girl from the North Country hasta Sooner or Later, pasando por Blonde on Blonde o Boots of Spanish Leather, se describen las expresiones del amor juvenil, la melancolía de echar de menos a una pareja o la amargura de una ruptura. Bob abarca una amplia gama de emociones profundas que son buenas para el alma. I love Bob!

Timothée Chalamet A Complete Unknown

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