“Esta película es muy personal”, dijo Fernando Colomo antes de uno de los primeros pases de Las delicias del jardín. Y no es la primera vez que el director tira de autobiografía, pero esta ha nacido de “las discrepancias reales de la convivencia” con su hijo pintor, Pablo Colomo. Con él ha escrito el guion que, asegura Colomo, más le ha costado: tres años estuvo volviendo una y otra vez sobre él, llenándolo de reflexiones personales, sus ideas sobre el arte, la creación y también de ficción “para conseguir unidad dramática”.
La película habla de dos artistas, padre e hijo (interpretados a su vez por Fernando y Pablo), que viven una crisis creativa por razones diversas. Los dos, apoyados por su mujer y madre respectivamente (interpretada por Carmen Machi), una reputada galerista, intentan salir del bache pintando juntos e inspirados en El jardín de las delicias, de El Bosco. Con José Luis Alcaine como director de fotografía, han rodado con móviles para ser más libres, sin esconder nada en plano. “Muchas veces, lo más bonito de una obra o una película son los defectos. Parece contradictorio, pero hay cosas tan perfectas que nacen muertas”, dice el director, que estrenará Las delicias del jardín en San Sebastián, aunque entre sus 10 películas favoritas quizá sí hay alguna que otra obra perfecta.
CANTANDO BAJO LA LLUVIA (STANLEY DONEN, GENE KELLY, 1952)
Vitalista homenaje al cine sonoro, con números musicales espectaculares como Good Morning. Una obra redonda, lo mejor de Kelly y Donen, recomendable para levantar el ánimo y de la que no te cansas de verla.
LOS 400 GOLPES (FRANÇOIS TRUFFAUT, 1959)
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