La nueva entrega de la saga MonsterVerse, Godzilla y Kong – El nuevo imperio, es una aventura que enfrenta al todopoderoso Kong y al temible Godzilla, revelando más sobre ellos y sus orígenes.
Además de representar la culminación de diez años del MonsterVerse, enfrentando a las dos formidables criaturas contra una nueva amenaza, la película de Adam Wingard introduce una serie de novedades. Una por encima de todas: las espinas dorsales rosa neón de Godzilla.
Históricamente, el personaje no ha sufrido grandes cambios en su aspecto: aunque en el pasado ha habido cambios en los colores o en la potencia de su rayo atómico, la estética básica de Godzilla siempre ha seguido siendo bastante reconocible, y siempre se le ha dibujado como un enorme monstruo marino prehistórico. Las escamas y espinas rosas son, por tanto, una novedad para los espectadores, que no pudieron evitar bromear con la conexión con el «rosa Barbie», sin duda el color del éxito cinematográfico.
Pues bien, el director de Godzilla y Kong – El nuevo imperio, Adam Wingard, no ha negado el parecido: a pesar de que cuando se concibió la idea de Barbie aún no se había estrenado en cines, aceptó de buen grado la yuxtaposición de su película a la tendencia cultural de 2023. Y el hecho de que el arma de Godzilla sea el «rayo atómico » lo hace aún más gracioso, convirtiendo al personaje en un auténtico símbolo Barbenheimer…
«Cuando hicimos la película, Oppenheimer y Barbie aún no habían salido y el concepto de Barbenheimer no existía. Pero de alguna manera creamos una criatura que es como la personificación de Barbenheimer, haciendo que Godzilla fuera rosa. Fue una circunstancia en la que nos alineamos con la tendencia cultural del momento. Quizá todos seamos víctimas de los mismos mensajes subliminales o algo así…», ha explicado.
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