Hablamos con Liliana Torres y Maria Rodríguez Soto, directora y protagonista de ‘Mamífera’: «Tengo estropeado el termómetro del pudor»

Mamífera

Hablamos con Liliana Torres y Maria Rodríguez Soto, directora y protagonista de Mamífera, una lúcida mirada a una decisión, la de no ser madre, que supone un reto a normas eternamente arraigadas en nuestra sociedad.

Por Álex Montoya

La protagonista de Mamífera ha decidido que no tendrá hijos. ¡Menudo desafío! Lola tiene 40 años y una perra ciega, es vegana, y artista del collage. Tiene una consolidada relación de pareja con un hombre (interpretado por Enric Auquer) con el que comparte hogar, valores, y una visión del mundo y de la familia que no incluye la descendencia.

Pero, a veces, la naturaleza es caprichosa, y los principios más sólidos pueden tambalearse. “La reivindicación de Mamífera no es la de un modelo frente a otro”, advierte la cineasta Liliana Torres. “Para mí, la reivindicación de la película apunta a por qué las mujeres tenemos que sentirnos juzgadas, estigmatizadas, cuando escogemos una cosa u otra, tener hijos o no tenerlos. No hay en la película un enfrentamiento entre modelos, ni entre mujeres, lo que sí debemos es cuestionar la norma social, señalar aquello que intenta amoldarnos”.

Lola, esa mujer segura de sí misma, está profundamente convencida de su opción de vida. Entre las amigas íntimas
de la tribu, alguna quería y tiene hijos. Alguna los tuvo sin ninguna convicción. Y alguna los quiere con todas sus fuerzas, pero no puede quedarse embarazada. Y todas ellas administran el peso de sus decisiones y las miradas ajenas más o menos condescendientes, más o menos inquisidoras.

En ese abanico de posibilidades, Lola es el reflejo de Liliana Torres, quien, como ya hizo en sus dos anteriores largometrajes, vuelve a experimentar con un nuevo y juguetón ejercicio de autoficción. La cineasta convertida en personaje.

Y, en un paradójico rizo del rizo, ese personaje protagonista está encarnado por una actriz que, bendito azar, encontró su trampolín profesional convirtiendo en cine su propio embarazo real: ¿recordáis a Maria Rodríguez
Soto en Los días que vendrán? Dice la intérprete: “Mi decisión vital ha sido otra, diferente de la de Lili. Pero aquí se ponen sobre la mesa la maternidad, la no maternidad, lo que a veces cuesta ser madre, el deseo de serlo o de no serlo, el cómo te puede condicionar la vida… para poder hablar desde ese punto sin juzgar a nadie”.

De esos escrutinios sociales (“¿Por qué una decisión que sólo me afecta a mí es tan desafiante para la sociedad?”, se interroga Lili.) “Es que empiezan a preguntarnos cuántos hijos querremos tener desde que cumplimos los 12 años, nos ha pasado a todas, y no sé si a los tíos también os lo preguntan”, añade Maria, de los deseos, los cuerpos y las presiones externas, debatimos con la cineasta y la actriz, apenas unos días antes de que la película viviera su estreno mundial en el South By Southwest (SXSW) de Austin, es decir, en el antiabortista estado de Texas. “Me produce una enorme curiosidad ver cómo será recibida en ese contexto”, confiesa la directora. ¿El resultado? Buenísimo: Maria Rodríguez Soto salió de allí con el premio del jurado a la mejor interpretación.

La cresta de Lili

Decíamos que la Lola de Mamífera no deja de ser un espejo de la propia Lili Torres. La directora y guionista sigue
explorando las opciones de hibridar experiencias propias y ficción. De algún modo, y aunque nos cuente que ella construye proyecto a proyecto, se adivina un espíritu contestatario al abordar temas tan estructurales como la familia (en Family Tour), la pareja (en ¿Qué hicimos mal?) y, ahora, el abanico de actitudes posibles ante la maternidad.

“Viendo tus películas, me parece que tienes un punto muy punki”, afirma el periodista. Carcajadas de ambas, la
actriz nos da la razón: “Total, total” y la directora recoge el guante: “En mi personalidad hay algo de rebelión ante el hecho de no encajar. No me gusta nada sentir que intentan domesticarme”.

Rascamos entonces en cómo se desnuda, en cómo se muestra sin tapujos, en sus tres largometrajes, con tres personajes que son partes de ella misma, y con tres propuestas distintas a la hora de juguetear con la narrativa.

En Family Tour (2013), una actriz, Núria Gago, encarnaba a la cineasta, mientras la madre, las tías, las primas, la auténtica familia de Torres, se interpretaban a sí mismas. En ¿Qué hicimos mal? (2021), o el recorrido del
pasado emocional y sentimental para entender y arreglar el presente, Lili era directora, actriz y personaje, todo
en uno. Y en Mamífera, finalmente, la apuesta es la pura ficción, eso sí, basada en hechos reales. “Me parece que tengo estropeado el termómetro del pudor. Es que creo que lo que me pasa a mí también te ocurre a ti, y le pasa a ella.

Hablando de emociones compartidas, de viajes que son medianamente universales, no me siento representando mi intimidad. Entonces, ponerme en ese plano no me genera ningún pudor”, remata.

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