Ryan Coogler (Black Panther, Creed) cambia de registro por completo en Los pecadores, una historia de vampiros (y no sólo) que se adentra en el Mississippi de principios del siglo XX hasta las raíces del blues y la historia de su familia. A su lado, como siempre, está el actor Michael B. Jordan, duplicado en el papel de unos gemelos.
Conocimos a Ryan Coogler como director de Creed (2015) y luego de Black Panther (2018), siempre al lado de Michael B. Jordan, su compañero de viajes desde su debut Fruitvale Station (2013) y, ahora en su quinta película juntos, su actor fetiche a todos los efectos.
Por supuesto, lo último que alguien esperaba era que, después de un drama social de bajo presupuesto, una película de boxeo que relanzó una franquicia de larga trayectoria creada en los años 70 por Sylvester Stallone y dos adaptaciones de cómics que lo transformaron en uno de los embajadores de la comunidad afroamericana en Hollywood, su nuevo título fuera de terror.
Pero sí, para sorpresa de todos, Los pecadores es una cinta de vampiros ambientada en el profundo sur americano de principios del siglo XX, entre los pantanos de Mississippi y los sonidos de bluesmen como Tommy y Robert Johnson que, cuenta la leyenda, habían hecho un pacto artístico con el diablo.
El protagonista es, por supuesto, Michael B. Jordan, esta vez en un doble papel, el de dos hermanos gemelos que, en un intento de dejar atrás sus problemáticas vidas, regresan a su ciudad natal en busca de un nuevo comienzo, sólo para descubrir que les espera un mal aún mayor.
¿DE QUÉ VA ‘LOS PECADORES’?
“Es una película muy personal”, explica el director desde Los Ángeles. “Mi abuelo materno era de Mississippi, un lugar en el que nunca había estado. Él murió antes de que yo naciera. Crecí en una casa que él construyó en Oakland. Mi tío James, que murió mientras yo terminaba Creed, también era de Mississippi. Después de mudarse a California, tuve la suerte de tener una relación muy estrecha con él. Y es, precisamente, por la relación con mi tío donde floreció la semilla de esta película. Siempre escuchaba blues y sólo hablaba de Mississippi cuando escuchaba esa música. Tuvo un efecto profundo en mi vida. Con esta película tuve la oportunidad de adentrarme en mi historia ancestral y fue sumamente gratificante”.
Y así es, Los pecadores es un viaje de regreso a la cultura y a las leyendas de la comunidad afroamericana donde la música, la religión y los ritos paganos se contaminan mutuamente, transfigurando sus raíces y las de su familia en clave de terror, un género que Coogler adora y considera ideal porque, por un lado, se dirige a la gente común, consumidora de películas populares, pero al mismo tiempo puede asociarse con las más grandes obras de arte.
“Parece paradójico, pero es cierto. Quizás sea porque parece arcaico”, razona. “La primera historia que nos contamos alrededor de la fogata probablemente era una historia de terror, pero todavía suena cierta hoy en día”. Y aunque era su primera vez incursionando en este género, siguiendo los pasos de Jordan Peele y por ende rodando en IMAX y volviendo al cine como en los tiempos de Fruitvale Station, se encontró muy cómodo.
“Tuve la oportunidad de profundizar en las películas que me gustaban, analizar por qué me encantaban y qué me atraía de ellas”, explica. “Basándome en esas influencias traté de encontrar una manera de contar mi historia en ese espacio”. Y cuando se le pide que intente describir Los pecadores en pocas palabras, utiliza el término “fluido”: “Sí, hay vampiros, pero no es sólo eso. Es uno de los muchos elementos presentes. Es una película única y creo que los espectadores quedarán sorprendidos”.
El director también se sorprendió al comprobar que, a diferencia de lo que le ocurrió con otras películas, es decir, tener pesadillas recurrentes antes y durante el rodaje, durante la realización de Los pecadores, como por catarsis, pudo dormir profundamente. “Imagino que porque el material era tan intenso que toda la energía se manifestó en el set. No puedo creer lo mucho que nos divertimos en este viaje”, recuerda.
¿QUIÉN TRABAJA EN ‘LOS PECADORES’?
Uno de los aspectos más interesantes de la película es la manera en que entrelaza los elementos sobrenaturales con otros pertenecientes a la historia afroamericana, para lo cual Coogler y su equipo de colaboradores se han documentado exhaustivamente para conseguir que, al final, el componente más fantástico parezca creíble y el mundo descrito “extremadamente táctil”.
Para lograr este resultado, el director volvió a trabajar con su equipo habitual, empezando por la diseñadora de producción, Hannah Beachler. “Esta es la quinta película que hago con ella y creo que es absolutamente uno de sus mejores trabajos”, dice.
El vestuario es de Ruth E. Carter, con quien Coogler había colaborado en las dos películas de Black Panther, por las que la diseñadora de vestuario ganó sendos Oscar. “Con Los pecadores –continúa el director– se supera a sí misma, devolviendo a la vida un tiempo antiguo”.
Y como la película está profundamente enraizada en la cultura del blues, no podemos dejar de mencionar la banda sonora, confiada una vez más al compositor sueco Ludwig Göransson, también dos veces ganador del Oscar, primero con Black Panther y luego con Oppenheimer, de Christopher Nolan. “Antes de compositor, Ludwig es guitarrista. Su padre también lo es y le enseñó a tocarlo porque estaba obsesionado con los músicos de esta época y región de América”, cuenta Coogler. “Durante nuestra investigación para la película y la búsqueda de localizaciones, hicimos el Blues Trail, y Ludwig y su padre vinieron con nosotros. También fuimos al club de B.B. King en Indianola, Mississippi, y tocamos en el escenario allí”.
LOS EFECTOS ESPECIALES DE ‘LOS PECADORES’
El mayor desafío, sin embargo, fueron los efectos especiales que, a diferencia de Black Panther, fueron creados de verdad y no en postproducción. Para lograr el efecto deseado, incluso en términos de sangre y momentos espantosos, Coogler buscó el consejo de dos maestros en la materia: Mike Fontaine (El Pingüino) y Michael Ralla (Wakanda Forever). “Estos dos fueron una maravilla juntos, y como suelo dirigir muy cerca de la cámara en el set, tanto mi esposa Zinzi, mi productora en esta película, como yo tuvimos que vestirnos apropiadamente, ya que hubo días en los que había tanta sangre que estábamos literalmente sumergidos en ella”, comenta el director.
MICHAEL B. JORDAN EN ‘LOS PECADORES’
Por último, el reparto, que es memorable a su manera: además de Michael B. Jordan, están Hailee Steinfeld (Valor de ley, The Marvels), Jack O’Connell (Back to Black), Wunmi Mosaku (Casa ajena) y una leyenda del cine negro como Delroy Lindo (Clockers, 60 segundos).
“Me siento profundamente agradecido a cada uno de ellos”, dice Coogler. “Es uno de los mejores elencos con los que he trabajado. Y como ésta es una historia que no se basa en material preexistente, cada uno se ha apropiado de sus personajes. Me recuerda un poco a las películas de Black Panther, pero de una manera aún más emocionante”.
Un trabajo muy personal para el que, sin duda, necesitaba a Michael B. Jordan a su lado de nuevo, cimentando ya una de esas parejas artísticas del cine. “Hacer una película es muy difícil, tanto para quien tiene que dirigirla, como para quien tiene que actuar. Cuando encuentras a alguien que te entiende y no sientes que estás trabajando con él todo el tiempo, es cuando se produce la conexión”, reflexiona Coogler. “Mike y yo encontramos eso el uno en el otro. Creo que la diferencia la marca el hecho de que crecimos juntos. Mike siempre ha sido actor, desde niño, y cuando lo conocí ya había participado en algunos programas y películas importantes, pero su primer protagonista fue en con mi primera película, Fruitvale Station. En él coexisten talento y carisma, cualidades que o bien se tienen de forma innata o bien nadie te enseña”.
Según el director, Jordan “es un auténtico artesano” y lo que hace, siempre desafiándose, “no es para todos”. “Seguimos desafiándonos mutuamente en cada nuevo proyecto. La nuestra es una excelente relación de trabajo, y, sobre todo, es una relación personal. Sin mencionar que lo que pasamos con la pérdida de Chadwick [Boseman] nos acercó aún más”.
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