La nueva serie del universo Star Wars, una versión galáctica de Los Goonies, sigue a un grupo de chicos, (y a Jude Law), perdidos por la galaxia. Una serie que reconcilia a los más pequeños de la casa con la franquicia. Hablamos con su creador Jon Watts y el guionista Christopher Ford.
Por Alice Cucchetti
Cuatro niños se ven transportados a otro mundo donde vivirán una aventura increíble. Esta frase, que bien podría describir una película de Spider-Man del Universo Cinematográfico Marvel (las protagonizadas por Tom Holland, para ser exactos), es el hilo argumental de la nueva serie del universo Star Wars, titulada Star Wars: Tripulación perdida. Con esta premisa, no sorprende que al frente de este proyecto estén el director Jon Watts, quien recientemente estrenó Wolfs junto a George Clooney y Brad Pitt, y el guionista Christopher Ford, el equipo responsable de las películas de Spider-Man.
Jon Watts nos recuerda su primer contacto con la saga. “No crecí con La guerra de las galaxias porque a principios de los 90 no formaba parte del imaginario colectivo. No era fácil acercarse a ese mundo, a menos que tuvieras por ahí a algún gran seguidor que te ‘convirtiera’. Llegué a ese mundo gracias a los videojuegos de LucasArts Games. El lanzamiento de la edición especial de la trilogía original de la saga me sirvió para introducirme de lleno en la galaxia lejana. Tenía 16 o 17 años. Cuando Chris – se refiere a Christopher Ford – y yo nos conocimos en la escuela de cine, nuestro primer trabajo juntos fue una escena de lucha con espadas láser. Yo me encargué de los efectos especiales y él de actuar. Creo que era nuestro destino hacer una serie de La guerra de las galaxias, es como cerrar el círculo”.
Para Watts, además, “la idea de ‘juntar’ las dos grandes corrientes del cine infantil de los 80, es decir, la ciencia ficción de La guerra de las galaxias y el “espíritu de las películas de Amblin Entertainment”, surgió espontáneamente: “No fue una decisión consciente, sino algo que ocurrió de forma natural cuando tus protagonistas son niños y decides tomártelos en serio y transportarlos a una situación realmente peligrosa… Aunque, claro, a los dos nos encantan ese tipo de películas”. Y es que no podemos dejar de pensar en títulos ochenteros como Los Goonies. Estos niños, buscando eludir la monotonía de su vida diaria y de forma accidental, vivirán una gran aventura espacial.
Otra faceta poco vista en La guerra de las galaxias y que se muestra en esta serie es su lado tranquilo. Los niños empiezan su día a día asistiendo al colegio, y los vemos en situaciones cotidianas. Según Ford, “la idea de mostrar la parte ‘normal’ de La guerra de las galaxias nos entusiasmó. Suena raro, pero si lo piensas, ¡tiene que existir en algún sitio! Tiene que haber una clase media, tiene que haber sitios aburridos”.
Para Watts, el casting de los jóvenes actores fue crucial. “Fue un proceso muy largo. Hicimos audiciones a cientos de chicos. Tienen un entusiasmo contagioso, trabajar con ellos es muy divertido”.
Por su parte, Ford confiesa que ha disfrutado mezclando géneros en esta historia. En este caso, bien podrían tener en mente las películas clásicas de piratas.
Al hablar de la transición del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU) al mundo de La guerra de las galaxias, Watts comenta: “Sin duda, me ayudó tener experiencia en hacer películas tan grandes y complejas, con presupuestos elevados y muchos efectos especiales. Pero, al final, lo que haces es contar una historia, toma tras toma. Hay que mantener la concentración y no dejar que los elementos de la franquicia se coman la narración. La presencia de Jon Favreau y Dave Filoni como productores nos ayudó mucho”.