Hugo Silva protagoniza ‘El Faro’, un thriller de acción que ha convertido Menorca en un escenario aterrador

Hugo Silva

Una escapada idílica sale mal después de un extraño accidente que deja a la adolescente Lidia (Zoe Arnao) y a su padre, Pablo (Hugo Silva) lamentando la pérdida de la matriarca de la familia (Paula Echevarría) al escapar a su aislado faro donde lo paranormal coquetea con sus frágiles disposiciones.

Hay mucho en juego en El Faro, un thriller cargado de tensión de Ángeles Hernández que sondea las profundidades de la desesperación, examinando el deterioro de vínculos que alguna vez fueron estrechos y distorsionados por un dolor abrumador.

“Nuestras propias inseguridades desatan el horror. Esos fantasmas se cuelan en la relación padre-hija y tratan de destruirla. Uno de los ejercicios más complejos a la hora de rodar es mantener el pulso y el equilibrio entre el mundo onírico de Lidia y cómo éste afecta su realidad. Y, por otro lado, un padre (Hugo Silva) que ama a su hija pero es incapaz de superar la culpa y acercarse a ella. Para mí, construir los personajes a través de sus miedos, traumas y debilidades fue clave. Pero siempre con un halo de esperanza”, ha dicho  Hernández a la revista The Variety .

Las batallas psicológicas son duras cuando los dos comienzan a dudar de la realidad de la situación en cuestión, dejando la puerta abierta para que las travesuras humanas se aferren a un paisaje mental ya fracturado.

“En un proceso depresivo en el que lidias con el dolor y la culpa, puedes terminar viendo a tus seres queridos como tus enemigos. La creciente duda de Lidia hacia su padre aumenta la tensión y el suspenso hasta que acabamos metiéndonos en su cabeza y confundiendo realidad y fantasía. El terror que surge de la vida cotidiana es mucho más angustioso porque surge de tu interior y poco a poco transforma lo real en lo paranormal y convierte a los fantasmas en entidades reales”. explica la directora.

Rodada en las impactantes Islas Baleares, la película hace todo lo posible para incorporar el entorno a la narrativa, y los atributos escénicos se convierten en protagonistas en duelo. Las profundidades del agua turbia, la fachada desmoronada de la morada y el inquietante encanto fuera de temporada de una costa que de otro modo sería bulliciosa trabajan para pintar una imagen sombría que erosiona el propio equilibrio del espectador a su debido tiempo.

 

 

Fotos: JB Lacroix (Getty Images)

© REPRODUCCIÓN RESERVADA