Hay un momento en la vida en el que los progenitores son percibidos por sus hijos como seres humanos con sus anhelos y defectos, diferenciados de su rol paterno y materno. Sara Fantova asentó esa distinción con el acceso a los diarios de su padre. Leerlos no supuso una gran revelación. Los escritos no escondían sorpresas silenciadas en su relación, pero a la directora vasca le llamó la atención la forma en la que su aita se expresaba. “De repente había una cosa muy poética en su manera de referirse a sus miedos y a su vulnerabilidad”, compartía en el pasado Atlàntida Film Fest de Mallorca, donde su ópera prima, Jone, a veces, tras pasar por Málaga, estuvo programada en la Sección Oficial Nacional.
Aquel descubrimiento íntimo fue la pieza del puzle que le faltaba completar junto a sus coguionistas, Núria Dunjó y Nuria Martín, para entender la relación entre un padre afectado de párkinson y su hija. En la falta de comunicación entre ambos está el conflicto de esta historia familiar, y en el diario personal, el arranque del camino que acerca a los protagonistas.
Este coming-of-age donde la Jone del título enfrenta la enfermedad, los cuidados y la muerte, se ambienta en la semana grande de Bilbao, una dimensión masiva y festiva que le aporta un contraste documental. “Jone se está acercando a esa parte más oscura de la existencia y está viviendo cosas por vez primera, como el primer amor, y el contexto de las fiestas podía justamente hacer de contrapeso, porque es un momento en el que la ciudad cambia por completo, todo el mundo modifica su rutina y está todo el tiempo en la calle, lo que nos ayudaba a representar la adolescencia y el verano”, explicaba la directora debutante en solitario.
A ese poso de verdad se sumaron los videos caseros de la niñez de la actriz protagonista, Olaia Aguayo. Hasta la cuarta versión del montaje no había material de archivo y el montador, Oriol Milán, echaba de menos una capa de realidad que le diera sustancia al pasado de la familia, marcado por la muerte de la madre de Jone. “Probamos con fotos, pero había algo que fallaba, así que le preguntamos a Olaia si tenía vídeos de cuando era pequeña. Resultó que sí”, cuenta Fantova. “Fue una casualidad y un acierto que acabó de construir la película”.
Fantova ya había roto mano con una película coral, La filla d’algú, rodada en 2019 al alimón junto a sus compañeros de la XX Promoción de la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC) Marcel Alcántara, Gerard V. Cortés, Júlia de Paz, Guillem Gallego, Celia Giraldo, Alejandro Marín, Valentín Moulias, Pol Vidal, Enric Vilageliu y Carlos Villafaina. “Aunque cada uno nos encargásemos de un trocito, fue como hacer un máster gigante para aprender a hacer una película, porque compartíamos el proceso global”, explica la realizadora. “En esa experiencia compartida aprendimos a trabajar en grupo, pero también a entender cómo queríamos hacer cine”.
También te puede interesar:
- Eduardo Noriega es uno de los nuevos protagonistas de ‘The Walking Dead: Daryl Dixon’: “Primero pensé que sería para hacer de zombi, me imaginé a mí mismo y dije que no”
- Llúcia Garcia y Mitch protagonizan ‘Romería’: “Es una gran responsabilidad interpretar un papel así. Te pone los pies en la tierra”