Después de ganar el festival SXSW con su ópera prima, Most Beautiful Island, Ana Asensio mira a su infancia en el Madrid obrero de finales de los 80 en La niña de la cabra.
¿Cuál fue el germen de la película?
Estaba trabajando en un guion en EE UU desde hacía dos años. Parecía que iba a llegar a algo, pero de pronto me atasqué. Y entonces empezaron a venirme a la cabeza imágenes de mi infancia.
¿Y cómo decidiste abandonar aquel otro guion?
Opté por dejarme llevar por aquellas imágenes que me venían de forma insistente, y escribí una historia muy breve partiendo de ellas, un relato de apenas una página.
¿Era un relato autobiográfico?
Tomaba como punto de partida mi infancia en el Madrid obrero, durante la década de los 80, pero jugaba a imaginar otras vidas posibles. En aquel primer relato ya estaba el título de la peli: La niña de la cabra.
¿Y cómo fue el proceso de trasladar ese pequeño relato al guion de un largometraje?
Inicialmente, el guion era mucho más sensorial. Se alejaba bastante de la narrativa clásica, pero esto es algo que, en el proceso de desarrollo, tuve que ir limando, para que los productores y el equipo entendiesen lo que quería contar.
Es cierto que tu anterior película, Most Beautiful Island (2017), tenía un mayor grado de onirismo.
Sí. Aquel fue un proceso mucho más solitario y menos pautado, en el que, aunque había un guion sólido, yo estaba muy abierta a la improvisación, por lo que la película fue modificándose durante todo el proceso.
¿La niña de la cabra estaba mucho más atada?
Sí. Aquí ya teníamos un consenso acerca de todos los aspectos de la película antes incluso de comenzar el proceso de rodaje.
¿En este sentido, cómo fue trabajar con Alessandra González y Juncal Hernández, las niñas protagonistas?
Hubiera sido genial tener más espacio para la improvisación con ellas, pero el rodaje fue muy corto, así que tuvimos que ceñirnos a una planificación detallada con poco espacio para capturar el azar.
¿Fue un casting difícil?
Yo quería encontrar a dos niñas que nunca antes hubiesen actuado. Cuando dimos con Juncal y a Alessandra lo tuve claro.
¿Qué fue lo que te convenció?
De Juncal, me encantaron su naturalidad y su desparpajo. De Alessandra, la manera en que su rostro lo decía todo, sin necesidad de palabras.
¿Cómo describirías tu película en una frase?
Una exploración de los misterios de la infancia.
¿Qué referencias que te han acompañado durante todo el proceso creativo?
Bestias del sur salvaje (2012), El espíritu de la colmena (1973), Cría cuervos… (1976), Celia (1989) y Ratcatcher (1999).
Con tu primera película, ganaste el premio más importante del festival de Austin, SXSW. ¿Qué supuso eso para tu carrera?
Fue algo muy inesperado. De repente, había mucho interés en mí por parte de los productores en EE UU.
¿Qué tipo de proyectos te ofrecían?
Eran propuestas relacionadas con el género de terror. Pero las rechacé todas.
¿Por qué?
Por un lado, me sentía halagada porque mi primera película hubiese gustado tanto, pero, al mismo tiempo, no estaba segura de querer que mi carrera dejase de ser mía.
Imagino que sería una decisión difícil.
Sin duda lo fue. Pero había tardado tanto en conseguir hacer mi primera película, que preferí optar por mantenerme fiel a mí misma y decidir yo cuál sería mi siguiente paso.