Cuando entramos en la habitación del hotel de Madrid donde vamos a encontrarnos con el director Pierre Perifel, está dibujando a lápiz en una libreta un personaje con una sonrisa que inspira el mismo peligro que encanto y que lo hace inconfundible: es el Sr. Lobo, uno de los protagonistas de Los tipos malos, que repite en la secuela junto al resto de la banda. La película que se estrenó en 2022 fue su debut como director y lanzó al ilustrador francés a un mercado de la animación en Hollywood mucho más pendiente de la taquilla que de la autoría. Aun así, con Los tipos malos 2, Perifel y su equipo lideraron la excepción: “El brainstorming de esta entrega comenzó incluso antes del estreno de la primera, honestamente, lo hicimos porque sabíamos que teníamos una buena película”.
De esa lluvia de ideas surgió la primera certeza: empezarían la casa por el tejado. Había una escena clara con la que todos los niños se partían de risa leyendo el cómic original de Aaron Blabey, y tenía que estar: “Empezamos con lo que sería el final y luego buscamos el camino intermedio… es como hacer un filme a partir de un dibujo que luego se expande”. Se trata de un auténtico gag de comedia que ocurre en el espacio. Pero, ¿cómo llega esta pandilla de delincuentes menores ahí arriba?
Este grupo de animales con poca costumbre de respetar la ley vuelve con la intención de reformarse y reinsertarse en la sociedad, pero se ven envueltos en un gran golpe planeado por “las tipas malas”, una nueva amenaza y un soplo de aire fresco.
La vertiginosa persecución en El Cairo con la que empieza la película huele a James Bond y Misión Imposible, referencias que el director siempre tiene presentes. “Tiene un poco de las aperturas de estas películas que empiezan sin saber dónde estás ni qué pasa, y poco a poco lo descubres”, explica. “Queríamos mostrar a nuestros personajes en los tiempos de gloria, para crear un fuerte contraste con la vida actual en la que luchan por ser buenos”.
Inspiraciones clásicas para nuevos públicos. Tuvimos la oportunidad de ver Los tipos malos 2 con algunos niños en la sala y ninguno despegó los ojos de la pantalla ni se movió del asiento, un reto en los tiempos en los que los vídeos de TikTok se han colado en las pantallas de los más pequeños: “Notamos que su tiempo de atención es más corto”. Ellos, impresionados, y entre los padres, más de una risa, porque Perifel juega el delicado equilibrio entre humor adulto y entretenimiento familiar.
Y en el corazón del relato, la esperanza de reinserción y redención. Los tipos malos 2 también habla de cambio y segundas oportunidades. Más allá de la acción, la película invita a contemplar el peso de los errores y la posibilidad de renacer, un mensaje que resuena en todas las edades. “Que cometas un error no va a cambiar tu vida. No define quién eres”, sentencia.
Fotos: Getty Images
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