La directora Lucía Alemany reflexiona sobre la responsabilidad de llevar una novela tan popular a la pantalla.
Por Enid Román Almansa
Desde 14 años y un día, cada vez has ido haciendo proyectos de más envergadura y las adaptaciones literarias reciben mucha atención. ¿Cómo se afronta entrar en un fandom tan consagrado?
Pues la verdad es que llegar al gran público, conocer las leyes del cine comercial y dirigir proyectos con un amplio presupuesto forma parte de mi objetivo y este proyecto cumple con todos los requisitos. En todo momento he apostado porque la película se acerque a la novela lo máximo posible. Siempre hemos puesto toda la atención en cumplir las expectativas de las lectoras, pero la verdad es que sé que siempre van a acabar diciendo que “la novela era mejor”, pues no se puede saciar la sed imaginativa que cada una se ha creado.
¿Qué buscabais en los actores protagonistas?
En él, principalmente que encajara con la imagen que las lectoras pudieran tener de Eric según la descripción que se hace de él en la novela. Para ella no teníamos un perfil tan claro, la verdad. A mí de Gabriela me impresionó su fotogenia, es muy fuerte cómo la cámara la adora. Desde luego, debía tener un cuerpo que respondiera a un canon de belleza convencional, pero tenía que ser natural, ese sí que era un requisito indispensable.
La película tiene un componente erótico claro, pero en más de una ocasión todos habéis dicho que el objetivo era ser muy elegantes.
Buscamos referentes clásicos, cuando lo pornográfico no había manchado lo erótico, y en la misma línea, huyendo en todo momento de cualquier atisbo de vulgaridad o tinte que pueda relacionar nuestra mirada erótica con el actual panorama de la pornografía. Pensé que sería buenísimo si nuestra película pudiera establecer conceptos eróticos nuevos en el imaginario colectivo que desplazaran la pornografía de internet. Ojalá nuestra película pueda dar luz a lo sexual, ojalá. En todo momento hemos fotografiado los cuerpos desde el respeto, y, por mi lado, en todo momento he tenido claro que el sexo es un tabú, y que destapar un tabú siempre es beneficioso, ¿cómo destapábamos ese tabú? Pues desde el máximo cuidado y la máxima atención.
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