La estrella del cine europeo Lyna Khoudri lidera el reparto del thriller bélico ‘13 días, 13 noches’: “Tengo ganas de tener 70 años para haber vivido muchos papeles”

La estrella del cine europeo Lyna Khoudri lidera el reparto del thriller bélico ‘13 días, 13 noches’: “Tengo ganas de tener 70 años para haber vivido muchos papeles”

Lyna Khoudri

Muchas de las películas protagonizadas por Lyna Khoudri (Argel, 1992) exploran el choque entre el islamismo radical y la sociedad francesa. El último ejemplo es el relato real sobre el desalojo de centenares de civiles de Kabul el 15 de agosto de 2021 a cargo de un comandante en la embajada francesa de Afganistán en plena toma de posesión por parte de los talibanes. La película supone la cuarta colaboración de la actriz con el director francés Martin Bourboulon, bajo cuyas órdenes ya ha trabajado en Los tres mosqueteros: D’Artagnan (2023), Milady (2023) y la serie Carême, chef de reyes. Primero la proyectó como la joven costurera de la que se enamora el protagonista de las novelas de Alejandro Dumas, Constance Bonacieux, “algo impensable”, en sus propias palabras. Después la imaginó de espía en la serie de Apple TV+ sobre uno de los pioneros de la alta cocina, “un rol en el que tampoco me habría imaginado”. Y ahora le ha entregado el rol de una trabajadora de una ONG que hace las veces de intérprete en el thriller de acción 13 días, 13 noches, estrenado en el pasado Festival de Cannes.

Tu personaje empieza siendo una llave para convertirse en una agente de la historia. ¿Fue algo que te pesó a la hora de aceptar el papel?

Cuando leí el guion, me di cuenta de que mi personaje no estaba predestinado a manejar una situación de tensión y negociación como la que finalmente encara. Empieza siendo una parte funcional en la película, pero se convierte en el corazón de la trama. Porque pasa de ser simplemente una traductora a enfrentarse a una situación que requiere valor. Sin ella no puede suceder nada ni puede haber un resultado.

¿Cómo haces, en una situación extrema como la que se ve en la película, para conectar con el personaje?

Las personas que aparecen en la película realmente existieron y la ONG también. En mi juventud había hecho trabajo humanitario, así que, de partida, ya conecté con esa sensibilidad. La base del personaje es una historia de desarraigo, porque se ve forzada a abandonar el país donde creció. Eso también lo viví yo, porque tuve que dejar Argelia de pequeña, igualmente por culpa de una guerra. Estas coincidencias hacen que incorpores todos sus recuerdos y que imagines sus pensamientos.

Cuando Martin Bourboulon te ofrece un papel, ¿dices automáticamente que sí?

Lo bueno con Martin es que cada vez que me propone algo, siempre es un buen proyecto. Así que siempre digo que sí. Ahora me ha propuesto este papel, que quizá se parece un poco más a mí, pero es un género diferente: un thriller con tensión, suspense, gran presupuesto… Pero lo que me gusta de él es que es un gran director de actores, muy exigente y cada vez que prueba un género nuevo, lo domina. A veces nos gusta compararlo con Spielberg, porque, para mí, un gran cineasta es alguien capaz de hacer una comedia, una película de acción, una de época… Eso es hacer cine: divertirse y crear.

¿Y cómo fue esta vez, en términos de responsabilidad, comparado con los anteriores proyectos, que eran de época?

Lo viví con más responsabilidad, porque estamos encarnando a personas que existieron. Tenemos, o al menos sentimos, la responsabilidad de no traicionarlas, de hacerlas sentir orgullosas, de no caer en clichés ni desviarnos, de ser justos.

La situación en Afganistán sigue siendo dramática, y quizá algo olvidada por los medios. ¿Es otra de las razones de tu implicación en este largometraje?

Sí. Hay gente que compone música, otros escriben libros o publican artículos. Cada uno deja su huella, su visión del mundo. Yo elegí el cine. Así que participar en este proyecto es una manera de rendir homenaje y que no se olvide lo que está sucediendo allí.

Tu padre es periodista. ¿Qué opinas de este oficio, que en esta película encarna la actriz Sidse Babett Knudsen?

El periodismo es un oficio muy noble. Es la transmisión de la información y también el respeto por la libertad de expresión, poder decir lo que uno piensa sin arriesgar la vida. Esa dimensión de la película es un subtexto dentro del corazón de la trama. Mi padre siempre me dice que los periodistas son los defensores de la información. Hoy, con las redes sociales, todo ha derivado un poco hacia el rumor, hacia el escándalo… pero el verdadero periodismo es algo muy puro. Puede cambiar el mundo. Tengo ejemplos claros en la cabeza de momentos en los que los medios de comunicación han logrado cambiar decisiones políticas muy importantes.

¿Qué opinión te merece la representación de las mujeres en zonas de guerra en el cine?

Es un tema muy amplio. Habría que hablar de una película concreta, como esta, por ejemplo. Aquí, mi personaje y su madre son dos generaciones de afganas que no han vivido la misma vida. La madre no quiere irse. Es una situación dura para todo el mundo, pero especialmente para las mujeres, sobre las que hay imposiciones tanto sobre sus cuerpos como sobre sus decisiones, en Afganistán y en otros lugares. Me parece deplorable, pero lo bueno es que se está hablando, se hacen películas, se publican artículos…

¿Es importante para ti que un proyecto tenga un mensaje fuerte o que aborde un tema contemporáneo relevante?

Si tuviera que elegir entre dos proyectos, preferiría el que tuviera un mensaje fuerte. Envidio un poco a esos actores mayores que han vivido todos esos papeles, porque los personajes se quedan contigo. Tengo ganas de tener 70 años. Este personaje, por ejemplo, es alguien muy valiente, muy entregado al servicio de los demás. No puedo olvidar que he interpretado a una mujer afgana que tuvo que dejar su país. Lo viví durante tres meses, que no es mucho, pero ya está alojada en mí. No quiero sonar condescendiente, comparado con la realidad, no es lo mismo, nada que ver. Pero cada una de estas mujeres me enseña algo. Y eso permanece en mí, permanecerá siempre.

En Cannes también presentaste la nueva película de Tarik Saleh, Eagles of the Republic, donde interpretas a una mala actriz. ¿Es difícil dar vida a alguien que no sabe actuar?

Fue muy divertido. Es un personaje muy diferente. Es la amante del protagonista, del que la separan como 30 años de diferencia. Es una mujer que no tiene pelos en la lengua, le dice siempre lo que piensa. Y poco a poco, vamos descubriéndola, con sus flaquezas. Todas esas lentejuelas, su peinado, sus pestañas postizas… todo es una coraza. En el fondo, es una mujer muy sensible.

También te puede interesar:

© REPRODUCCIÓN RESERVADA