El director Cesc Gay y la actriz Nora Navas se reúnen en ‘Mi amiga Eva’: “Surge como una segunda adolescencia, un revival con la libido, un reencuentro con tu deseo”

El director Cesc Gay y la actriz Nora Navas se reúnen en ‘Mi amiga Eva’: “Surge como una segunda adolescencia, un revival con la libido, un reencuentro con tu deseo”

Mi amiga Eva

Eva acaba de cumplir 50 años. Lleva media vida casada, tiene dos hijos adolescentes, un buen trabajo, una casa bonita. Todo parece ir bien en su vida hasta que, en un viaje profesional a Roma, el encuentro fortuito con un hombre le despierta un sentimiento dormido. “Eva nace un poco de esa mujer que empieza a pensar en algo tan naif y tan ridículo, como le dice el personaje de Fernanda Orazi, y que es el juego del amor y esas tonterías que parecen una horterada de El Corte Inglés”, explica el director y guionista Cesc Gay sobre su última película, Mi amiga Eva, que empezó a pensar después de conocer a tres mujeres que habían decidido dar “ese paso valiente”. “Y eso me gustó, me gustó trabajar desde ahí y empiezo a construir poco a poco y por eso te estás tanto tiempo, porque empiezas a entender el personaje, lo que le pasa…”

Cesc Gay es uno de esos directores que escribe sus propias historias y a cada una de ellas les dedica el tiempo que necesita. “Yo no sé trabajar de forma industrial, que te dan dos meses para escribir y ya está, no sé. No tiene ningún sentido empezar un viaje cuando no estás preparado”, explica. Para Mi amiga Eva necesitó, calcula, un año y medio. Lo escribió de la mano de Eduard Sola (Casa en flames), en su primera colaboración con él. “Ha sustituido en mi vida a Tomàs Aragay, con quien he trabajado toda la vida. Tomàs se fue a vivir a otro lugar, era complicado trabajar juntos, y en esa búsqueda de otra ayuda, nos juntamos con Edu –y eso fue un poquito antes del boom que ha tenido–. Yo soy quien escribo, pero es mucho más divertido e interesante tener al lado a alguien que camine contigo durante todo el proceso”.

Entre los dos han escrito una historia que se mantiene en un difícil equilibrio entre la comedia y el drama, que habla de encontrar amor pasados los 50 y de ser mujer en ese momento de reencuentro con una misma, con el deseo, con la libertad y que, además, no se olvida del papel del azar en todo eso. “Siempre trabajo en esa parte emocional de las personas”, cuenta Gay. “Y sobre todo me gustan los personajes, como en este caso Eva, a los que las cosas, los sentimientos, las emociones, les sobrepasan de alguna manera y no los controlan ni los dominan”.

Eva es, de hecho, una mujer dominada por el “no sé”. Indecisa, insegura. “Yo siempre creo que estoy más cerca de cómo somos todos, que es un mar de dudas y de inseguridades y funcionamos así y, bueno, pues al final sí que tomamos decisiones, pero como en el caso de Eva vienen dadas también por un cúmulo a veces de casualidades o de accidentes”, reflexiona el cineasta. Y pone como ejemplo la escena con la que todo se desencadena para Eva: sentada sola en un restaurante, mira esas fotos en su móvil que la emocionan y aparece su marido (Juan Diego Botto) por sorpresa y ella se ve obligada a mentirle. “Yo les decía que, si no existiera esta escena, igual Eva nunca dejaría a su pareja. A los actores les da miedo interpretar desde ahí, porque tienen que expresar una cosa muy frágil… Es más fácil interpretar a quien lo tiene claro, al que pelea por algo”.

Nora Navas está de acuerdo, ha sido uno de los personajes más complejos de su carrera. “Yo creo que lo bonito de este personaje y lo difícil que ha sido de crearlo es que el espectador ve más que ella”, dice. La actriz ya había trabajado con Cesc Gay en cine y teatro anteriormente, son amigos, él no escribió pensando en ella, porque nunca lo hace o intenta no hacerlo para evitar decepciones, pero en seguida le dio el guion a Navas. “Ella consigue ese equilibrio, puede ser muy cómica, aunque no lo haya explotado mucho en el cine y esta película lo necesitaba, y a la vez es alguien que tiene los pies en el suelo, que tiene drama”, explica el director sobre ella.

Alrededor de la actriz dos hombres: Juan Diego Botto como su marido, un marido (casi) perfecto “que le haga pensar al espectador por qué Eva quiere dejarlo”, dice Navas, pero que tampoco puede ser un príncipe azul; y Rodrigo de la Serna como ese nuevo hombre que Eva conoce y abre en ella ese deseo de “la búsqueda del amor”. “Es decir ‘y si… y si en otro lugar yo me encontrara…’. Habla de esa mujer que cumple 50 años, de ese momento al que llegamos las mujeres, en la perimenopausia, tus hijos son mayores… y surge como una segunda adolescencia, un revival con la libido, un reencuentro con tu deseo…”, desarrolla la actriz. Pero, eso sí, “sin olvidar nunca el factor del azar” que ayuda a mantener el juego del amor siempre vivo.

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