Ha fallecido el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, una de las figuras más polémicas de la política y pieza esencial de la construcción de Italia tal y como la conocemos ahora. Además, fue un magnate empresarial con una importante influencia en España y en su país, y quiso convertir el modelo empresarial en un modelo de estado.
En su legado quedan varios escándalos políticos y legales, declaraciones machistas, grandes seguidores y muchísimos detractores, pero también ha dejado huella en el cine.
Un personaje como este no podía dejar de estar ampliamente representado en la gran pantalla, y son muchos los títulos que se han servido del nombre de Berlusconi para relatar la historia de Italia. Ficciones y documentales han girado en torno a su persona en un intento de dejar constancia de su convulso paso por la democracia del país.
Además, él mismo produjo algunas películas, una de ellas incluso se alzó con un premio Oscar. Es el caso de Mediterráneo, que se llevó el premio a mejor película extranjera en 1992. El argumento se sitúa en 1941, un año después de que Italia se uniera a la Alemania Nazi contra los aliados en la Segunda Guerra Mundial, y sigue a un pequeño grupo de soldados italianos inadaptados y poco disciplinados, que es enviado a una pequeña isla griega en el mar Egeo durante cuatro meses en una misión de observación.
El político también intervino como productor en la comedia romántica Ella Nunca se Niega (Bob Rafelson) y la protagonizada por Tom Selleck, Cómo Sobrevivir a la Familia (Ted Kotcheff), del mismo año.
Además, Nanni Moretti dirigió en 2006 El Caimán, esta vez el exministro y fundador de Mediaset no forma parte del equipo del proyecto, si no que su figura es protagonista de este relato de la política y la sociedad italiana. Narra la historia de un productor de películas de serie B que atraviesa un momento crítico profesional y personalmente. Mientras está divorciándose de su mujer le ofrecen un guion para hacer una película sobre Berlusconi y acepta la propuesta.
El caimán consiguió representar algunas de las facetas más oscuras de la Italia berlusconiana y su caída en crisis en tono de comedia dramática.
Esta vez en clave documental, Roberto Faenza dirigió Silvio Forever en 2011. Políticos, periodistas y expertos analizaron el histriónico fenómeno político, social y económico que le rodeo durante toda su vida.
En 2018 Paolo Sorrentino también se atrevió formar parte de la lista de cineastas que se sumergieron en su excéntrico mundo. Silvio (y los otros) puso a Toni Servillo en la piel de Silvio Berlusconi en el peor momento de su carrera política. Las acusaciones de corrupción y de sus conexiones con la mafia le rodeaban justo cuando salió del gobierno de Italia. Las fiestas, las velinas, las extravagancias y el exceso son el escenario de este sórdido retrato.
La versión original estrenada en cines en Italia se dividió en dos películas: Loro 1 y Loro 2. Para su distribución en el resto del mundo se hizo una sola película de 150 minutos de duración. En ese momento Sorrentino ya se había acercado a la figura de Giulio Andreotti, en Il Divo, en 2008, un perfil similar por su dudosa moral y su vida en primera línea de la política.
Tutti a casa, dirigida por el danés Lise Birk Pedersen, se apropió en 2017 del lema del movimiendo Cinco Estrellas para plantear una premisa: ¿Se puede liberar a Italia de las terribles consecuencias la corrupción de Berlusconi y de la mafia?.
El documental se sumerge en el auge del populismo liderado por este movimiento que prometía democracia directa y se acercaba a la izquierda en su programa económico y a la extrema derecha en su propuesta de férreo control de la inmigración.
Sin embargo, la ambición de Il Cavaliere no tenía límites y su faceta como dirigente no es la única que merece un sitio en la historia del cine. El director italiano Erik Gandini puso el foco en la tendencia oligopólica que atraviesa a los medios de comunicación italianos en las tres últimas décadas y cómo esto ha influido en la sociedad del país.
Videocracia repasa el imperio mediático de Silvio Berlusconi y su asfixiante control del contenido de la televisión italiana. Aún siendo presidente llegó a poseer el 90% del negocio y de manera indirecta parte de los canales públicos.
Pero si alguien sabe bien hasta dónde llegaban los tentáculos del presidente es la cómica Sabina Guzzanti, que tiró de sátira para criticar duramente al mandatario en el programa RAIot y fue vetada en la televisión pública italiana.
El documental Viva Zapatero! ironiza sobre este polémico episodio de censura en pleno siglo XXI. El título hace un juego de palabras entre el entonces presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, que ese año promovió una ley para lograr la independencia de Radio Televisión Española, y el reclamo revolucionario mexicano: ¡Viva Zapata!.
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