Cada año, un poco antes de la celebración de los Premios Goya, nos gusta repasar los trabajos nominados. El año pasado arrancamos estos encuentros, que ya serán tradición, con algunos de los nominados a interpretación revelación. Este año, nos animamos con la categoría de mejor canción original que reúne a cantantes y músicos consagrados y emergentes, compositor asentado y un director veterano.
Valeria Castro le canta certera a la lucha de un barrio con El borde del mundo en El 47. Con su tema Los almendros, Yerai Cortés y La Tania (y también firmada por Antón Álvarez, aka C. Tangan) cierran el documental La guitarra flamenca de Yerai Cortés haciendo un ejercicio de belleza y sensibilidad. Por su parte, Isaki Lacuesta y Alondra Bentley se han atrevido a componer la canción Love is The Worst para una película, Segundo premio, en la que el resto de la banda onora impone. Y Fernando Velázquez lanza con Show Me, el tema de la película de animación Buffalo Kids, una invitación a compartir nuestra realidad con los demás.
A pesar de su genialidad, cuando se les pregunta, algunos de estos artistas nominados en la categoría de mejor canción original en los Premios Goya celebrados el 8 de febrero en Granada (María Arnal con su tema para La virgen roja completa la categoría), aseguran que las suyas son canciones “chiquititas” y que, por eso, les gusta que hayan llegado hasta aquí.
Arrancamos con la pregunta de rigor, “¿cómo os sentís ante la nominación?”, para recibir la respuesta de rigor: “Feliz”. Sentimos curiosidad por saber cómo se entera uno de que está nominado a un Goya a mejor canción original (“en un rodaje de un videoclip”, “tomándome un zumo de apio”, “estábamos dormidos”) y terminamos indagando sobre si los músicos de esta categoría, como Valeria, Yerais o Alondra, repetirían en el cine (otros ya tienen larga experiencia y premios). Dicen quesí, pero que ahora van a por las bandas sonoras. Entre medias, hablamos con Valeria Castro, Yerai Cortés, La Tania, Fernando Velázquez, Alondra Bentley e Isaki Lacuesta sobre cómo se crea una canción para una película.
Llegáis a esta nominación tras un proceso largo de trabajo. ¿Recordáis cómo empezó?
Valeria Castro: La elección fue de Lynn Fainchtein, music supervisor de Mediapro que, por desgracia, se nos fue el año pasado. Recuerdo ese momento en que me enseñaron la película: estuve 15 minutos sin parar de llorar cuando acabó.
Fue sencillo poner la emoción que se intenta con la música. Era esa forma de la sencillez que la película también acarrea, que habla de un barrio obrero con una historia simple, pero luchadora; una canción que tenga la rabia y la tristeza de los que estaban buscando justicia social. Fue muy bonito, siendo canaria, tener que cantar en catalán, emulando al protagonista, a Manolo Vital (Eduard Fernández), que venía de Extremadura.
Fernando Velázquez: Ya había trabajado con el productor y con uno de los directores de Buffalo Kids, Galo [Juan Jesús García Galocha], en Momias; y ya conocía el proyecto. La idea de la canción parte de lo que está pasando en la película, que es muy bonito porque es una chica cheyenne que conoce a unos niños y decide enseñarles su mundo.
Por eso, la letra dice “muéstrame qué te gusta, muéstrame el mundo en el que vives” porque estamos aquí poco tiempo y se trata de disfrutar. Es una reflexión y es bonito que esta película tenga un mensaje, pero que no sea explícito ni tontorrón.
Alondra Bentley: Me llamó Isaki y me dijo que estaba pensando en algo tipo Vashti Bunyan y yo soy muy fan de Vashti Bunyan. Fue doble alegría. Bueno, triple: que te llame Isaki ya es una alegría, que sea para una película sobre Los Planetas, que vayas a hacer la canción tú y si encima la referencia es Vashti Bunyan, que me encanta, pues mejor que mejor. La canción tiene como un espíritu un poco maquetero, folky, como si fuera una grabación doméstica.
En una película como Segundo premio donde la música tiene tanto protagonismo, ¿cómo se da forma a la canción original?
Isaki Lacuesta: Hay tres partes de banda sonora. Están las canciones de Los Planetas; la música original, que quería que fuera muy distinta a la de Los Planetas y se la propuse a Ylia, que ha hecho una música electrónica, más atmosférica y contemporánea. Y luego, hay un personaje, el de May, que es la bajista que ha dejado el grupo, y pensaba que estaba bien que tuviera una canción propia. Yo escuchaba mucho a Vashti Bunyan, que grabó un disco muy joven, dejó la música y luego regresó 40 años después. Entonces, una canción de ese estilo y que fuera atemporal. En el caso de Los almendros, no es un encargo para una película, sino que es vuestra historia.
Yerai Cortés: Cada canción de la peli tiene nombre y apellido y tiene su historieta y esta canción es la que nos une a Tania y a mí, es una reconciliación, es una aceptación de la lejanía también.
La Tania: De hecho, yo me fui de viaje, estuvimos separados físicamente un tiempo. Entonces, hemos ido haciendo las canciones conforme han ido sucediendo las cosas. Llegó un momento que pensábamos que necesitábamos que esta canción saliera.
¿Con qué retos os encontrasteis durante el proceso creativo?
VC: Me fue muy sencillo que me apelara porque también vengo de un sitio muy pequeño, en la Sierra de La Palma, y con ese ojito, intenté ser vecina de Torre Baró. El mayor reto era que la canción fuese un hilo musical que añadiese a esa emoción que la película tenía terminando.
IL: Es como la canción de May, entonces escribí una letra que era Love is The Worst, algo que yo nunca hubiera dicho y que seguramente May tampoco. Le mandé la letra a Alondra, ella la corrigió, quitó todo lo mío, yo insistí para que dejara una cosita mía y así empezó.
AB: Creo que funciona bien la contradicción que hay entre el concepto de la letra, “el amor es lo peor”, con una manera de cantar y de escribir más de folk rutinario de los 60, con más dulzura, nostalgia.
T: Yo creo que ha salido súper natural, no ha sido ni siquiera un reto. Tuvimos una crisis entre nosotros, que se cuenta en la peli, me fui a vivir fuera, estuvimos separados físicamente y la compuso Yerai respecto a esa lejanía que sentía.
YC: Muy por y para la escena, para hacer ese cierre de esa historia entre Tania y yo. Era como decir vamos a cerrar las cosas bien, bonitas y luego ya veremos. De todas las canciones de la película es la que es más copla y el texto está elegido para que tenga ese tinte folclórico como muy español antiguo.
Show me es la canción original de una película para niños. ¿Supone un reto adicional componer para ellos?
FV: Casi diría que los niños son más inteligentes que los adultos. Por eso, es más reto aún porque no les puedes colar algo políticamente correcto o algo que no esté bien cuajado. Tienes que ir con todo y con la verdad por delante.
La canción es muy transparente, muy sencilla y por eso creo que funciona muy bien. Está dentro de la película, en un momento muy bonito, que está contado de una manera muy emocional y a la vez muy divertida.
¿Qué os está trayendo esta nominación?
IL: Segundo premio nos ha dado más nominaciones que mis 11 películas previas juntas. Tomarse los premios y las nominaciones en serio es muy ridículo: todo el mundo sabe que son cosas que no tienen una correlación necesaria con la calidad. Pero al mismo tiempo hace ilusión porque quiere decir que los compañeros lo han visto, te apoyan.
Esto ha sido muy bonito y luego hace que la película llegue a sitios y a público que no llegaría.
VC: Para mí es ser parte del equipo de El 47. Los premios se agradecen, pero el objetivo es hablar de los olvidados, de esas periferias, crear una conversación en la sociedad que normalmente no se hace o el debate se coloca sólo en medios de comunicación, pero el cine hace que lo coloque en un lugar más lindo, que llega de una forma más bonita a la gente.
AB: Me sorprende muchísimo la nominación, pero me gusta también que hay una canción que es pequeña, que tiene este espíritu lo-fi, maquetero y que encuentra esta ventana en una película de Isaki. Es bastante guay.
YC: Nosotros nos sentimos muy identificados con eso de la canción chiquitita. Para mí, esta canción, aunque sea una copla y aunque sea una cosa folclórica, de nicho, era mi parte contemporánea, como escritor, como guitarrista que hace una canción y la guitarra no es la protagonista.
Estuvimos pensando en añadirle producción, meterle sonidos y hacerla un poco más grande, más pop. Luego nos dimos cuenta de que guitarra y voz era como mejor sonaba. Aunque se haya hecho su mezcla y sus cosas, el disco suena igual que en la casa, que nos sentamos La Tania y yo después de comer a ensayar la canción. Entonces, ha sido una locura el pensar que, de una cancioncita, te den esta nominación y que esté por ahí y a la gente le esté gustando tanto. Es mucha ilusión.
Fotos: Getty Images
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