12 de 13. Casi pleno. Y un récord. ‘La sociedad de la nieve’ se convirtió en la tercera película más premiada de la historia del cine en una gala reivindicativa. La gala del “también en el cine #SeAcabó”.
Por Irene Crespo
¿Cómo sería su gala de los Premios Goya soñada? Pregunta del millón. Probablemente, muchos contestaríamos que fuera ágil, no demasiado larga, pero, claro, también queremos que sea divertida, con grandes estrellas, con algo de música, con premios acertados, repartidos si puede ser. Y ya que estamos, algo de reivindicaciones, que emocione y que hasta se nos saltan las lágrimas. Bueno, pues, lo del tiempo es casi imposible de resolver (3h40), pero todo lo demás se logró. Casi. Siempre hay peros.
Premios repartidos, más o menos. Risas hubo pocas. Lágrimas, algunas (al menos, aquí, una reconoce que se emocionó en más de una ocasión, Sofía y Ane, grandes). Estrellas, muchas. Y reivindicaciones, más. Empezaron en la alfombra entre las pegatinas en apoyo a Palestina y los paipáis repartidos por la Asociación de Mujeres Cineastas con ese #SeAcabó que fue salpicando después toda la gala.
Los Javis y Ana Belén fueron breves en una presentación que dio paso a un número musical inicial muy afinado. “Qué pasará, qué misterio habrá… Esta puede ser mi gran noche”. Qué mejor línea podía haber para arrancar. Aunque no hubo tanto misterio después de todo. Amaia cantando al piano el tema de Raphael que remató David Bisbal con cuerpo de baile. La platea ya estaba entregada. Sí, podía ser una gran noche. Después, volvieron brevemente los tres presentadores para cumplir la promesa de reivindicación contra la violencia sexual y de solidaridad con las víctimas. “Necesitamos certezas de igualdad, condenar todos los abusos y la violencia sexual”, dijo Ana Belén. Y conseguirlo pasa por “revisar de manera profunda las estructuras que lo permiten”. “Esto nos atañe a todos, hombres y mujeres”, dijo Javi Ambrossi. “Aquí en el cine también se acabó”, terminó gritando la actriz y cantante ya entre aplausos de todo el público.
Fue un comienzo con todos los ingredientes esperados que continuó con una buena tanda de premios, muy ágil y (casi) todos esperados, La sociedad de la nieve empezando su gran carrera: todos los técnicos. Rigoberta Bandini dio un emotivo agradecimiento al recoger su Goya por Mejor Canción Original para Te estoy amando locamente, primera que componía para una película, primera nominación, primer premio. José Coronado y su Goya como Mejor Actor de Reparto por Cerrar los ojos fue la primera sorpresa. Matías Recalt, como revelación, por La sociedad de la nieve también. Bayona lloraba en la primera fila escuchando a su actor. Le quedaba mucho por llorar.
La foto de los perdedores, perdón, de los Goyas pendientes, fue un breve paréntesis a las entregas, que alargó Estopa cantando Quiero ser libre. Y siguió la carrera sin rival para La sociedad de la nieve. Montaje, fotografía, sonido, dirección de arte, dirección de producción… Bayona seguía al borde de su butaca. La noche parecía hecha. El misterio se acababa y todavía no habíamos llegado ni a la mitad. Y al décimo subió Bayona al escenario, cuando ya superaba su récord personal alcanzado por Un monstruo viene a verme –que se llevó nueve–. Recogía el de Música Original en nombre del norteamericano Michael Giacchino.
Al debido y sentido homenaje que José Sacristán le dio al director de fotografía Juan Mariné, Goya de Honor, le siguió otro homenaje a la recién desaparecida Concha Velasco, tocaba, en su ciudad natal. Los Javis y Ana Belén volvieron al escenario para cantar Mamá, quiero ser artista y La Chica yeye.
Continuamos sin sorpresas, y con reivindicaciones y recuerdos: Robot Dreams, de Pablo Berger, como Mejor Película de Animación, recordando que esto no era un género y celebrando el cine en los cines; Mientras seas tú, el aquí y ahora de Carme Elías, como Mejor Película Documental, recordó a la actriz y las 900.000 personas que padecen Alzheimer; Aunque es de noche, de Guillermo García López, como Mejor Corto Documental, que se acordó de las 4.000 personas que siguen sin luz en la Cañada Real; Ava, de Mabel Lozano, por Mejor Corto Documental, contra la prostitución; To Bird Or Not To Bird, por Mejor Corto de Animación, “la animación también es cine”, dijo Chelo Loureiro. Esta tanda de premios acabó con otro esperado: Mejor Dirección Novel para Estibaliz Urresola Solaguren. “No queremos más violencia ni acoso ni en el cine ni en ninguna parte”, dijo la cineasta que acabó con un recordatorio por Palestina.
SE ACABÓ… O CASI
El arriesgado confesionario de Los Javis en el sofá se remató con la aparición de Pedro Almodóvar y el elenco femenino de Todo sobre mi madre, Cecilia Roth, Penélope Cruz, Antonia San Juan y Marisa Paredes, que celebraban el 25 aniversario de la película y anticipaban el Goya Internacional que después J. A. Bayona le entregó a Sigourney Weaver, quien fue toda una reina con ese agradecimiento en el que hasta se acordó de su dobladora en español María Luisa Solá. La que fuera Teniente Ripley también habló de la experiencia de ser mujer en esta industria, de navegar ese mundo y evitar los monstruos.
Había varias reivindicaciones, pero la de la igualdad y contra los abusos se elevó justamente. La interpretación de Indira Martínez, Niña Pastori y María José Llérgo del Se acabó que cantara María Jiménez fue una de las más bonitas de la gran noche. Susi Sánchez salió rodeada de las mujeres de la Junta directiva de la Academia para insistir en esa igualdad y darle el premio a Janet Novás como Mejor Actriz Revelación.
Retomamos ritmo y premios sin sorpresas. La memoria infinita, de Maite Alberdi, como Mejor Película Iberoamericana; Anatomía de una caída, de Justine Triet, como Mejor Película Europea; Ane Gabarain, por 20.000 especies de abejas, como Mejor Actriz de Reparto, que lo recogió de las manos de su sobrina en la película, la joven actriz Sofía Otero. Uno de los momentos más bonitos de la ceremonia. Tierno y espontáneo.
Y el presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite, también fue reivindicativo y en la siempre pesada labor de dar el discurso institucional consiguió dar un repaso a los temas debidos, los agradecimientos, recordatorios y mucha naturalidad de un gran amante del cine.
EN LA CIMA
Pablo Berger protagonizó el plot twist de la noche con el Goya a Mejor Guion Adaptado por Robot Dreams. Una gran alegría y una vuelta por unos segundos para el misterio sobre lo que podía ocurrir en el desenlace de la noche que había avanzado con paso seguro. Regresó entonces Estibaliz Urresola al escenario a recoger el de Mejor Guion Original y el misterio aumentó. ¿Las abejas recolectaría su dulce victoria o La sociedad de la nieve alcanzaría la cima?
En protagonistas no hubo sorpresas: David Verdaguer por su Eugenio en Saben aquell; y Malena Alterio por Que nadie duerma. Y, de pronto, Bayona subió a por el de Mejor Dirección: pleno personal, cuatro nominaciones como director, cuatro Goyas. ¿Se llevaría por fin el de Mejor Película entregado por el equipo de Todo sobre mi madre? Pedro Almodóvar alargó la llegada de la respuesta con su reivindicación final por el cine español contra las críticas de algunos políticos. Y, por fin, llegó: sí, La sociedad de la nieve triunfó. 12 de 13. Récord. Tercera película más premiada de la historia de los Goya después de los 14 de Mar adentro (2005) y los 13 de ¡Ay, Carmela! (1991). Y Bayona lloró. Su gala soñada se cumplió. Y la de los que la vimos, quizá estuvo bastante cerca de lo soñado. Y si no… a seguir soñando.
Fotos: Getty Images
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