Joshua Oppenheimer nos habla su película ‘The End’, sobre el egoísmo de los ricos y la culpa colectiva: “No es demasiado tarde para nosotros”

The End

En sus propias palabras, al grano y sin preguntas, así nos explica Joshua Oppenheimer, conocido por el documental The Act of Killing, The End , su primera ficción, un musical postapocalíptico con Tilda Swinton y Michael Shannon.

Dinero manchado de sangre

“Hace años conocí a un oligarca que había amasado su fortuna en el negocio del petróleo a base de patrocinar la violencia en su país y destruir el planeta. Estaba construyendo un refugio en el que, en caso de tener que huir, podría recluirse con su familia, y su colección de arte, y sus vinos carísimos; incluso llegué a visitar el lugar. Inicialmente, decidí que aquel era un buen punto de partida para dirigir un documental centrado en los esfuerzos de esas personas por construirse una vida de lujo con el dinero que su responsabilidad en la destrucción de parte de la humanidad les ha proporcionado. Por cuestiones logísticas, sin embargo, comprendí que esta historia debía ser contada a través de la ficción”.

No hay dos sin tres

“Aunque es mi primer largometraje de ficción, The End conecta con mis dos documentales inmediatamente anteriores, The Act of Killing (2012) y La mirada del silencio (2014). Las tres películas hablan de genocidio y de impunidad, y las tres reflexionan sobre las mentiras que los seres humanos se cuentan a sí mismos para no tener que enfrentarse a la culpa y a su complicidad en actos terribles.

Cada vez que leemos noticias sobre miles de personas que se ahogan en el Mediterráneo tratando de escapar de las miserables condiciones de vida que les hemos impuesto y cada vez que reaccionamos a sus desgracias con un mero emoji triste antes de seguir llenando nuestro perfil de Instagram de fotos en las que fingimos felicidad, estamos entrando voluntariamente en nuestro propio búnker. Mientras vivamos dentro de él, estaremos convirtiendo nuestro tránsito por este mundo en una pérdida de tiempo y un sinsentido”.

¿Por qué ‘The End’ es un musical?

“Porque me parece el género ideal para contar una historia sobre el autoengaño, la negación y las falsas esperanzas. Los musicales vivieron su apogeo en los años 50, un momento de la historia en el que la humanidad se enfrentaba a la amenaza de una guerra termonuclear y, por tanto, al peligro de la aniquilación total asegurada; pero en ellos nunca se abordaban esos temas y, en cambio, estaban llenos de alegría y esperanza. Ahora nos encontramos en un momento parecido, porque nos dirigimos hacia el colapso medioambiental y sabemos que nos estamos quedando sin tiempo para evitarlo, pero aun así no estamos haciendo casi nada al respecto.

Yo soy un optimista y he hecho la película para animar a las personas a que se unan a través de la colaboración y la solidaridad, que sean capaces de amar y ser amadas, porque sólo así las cosas cambiarán a mejor. Puede que sea demasiado tarde para los protagonistas de The End, pero no es demasiado tarde para nosotros”.

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