★★★
Votemos sorprende más de una vez a lo largo de su metraje y siempre lo hace para bien. No esperaba que una anodina reunión de vecinos diera tanto de sí, pero lo que comienza como un trámite rutinario se transforma en una bomba de relojería emocional y social. La película se sirve con inteligencia de la comedia negra para asaltar los prejuicios arraigados en torno a la salud mental. En el reparto Clara Lago, Tito Valverde, Raúl Fernández, Charo Reina, Gonzalo de Castro, Neus Sanz y Christian Checa.
Santiago Requejo nos lleva un edificio cualquiera del centro de Madrid, de esos que lucen antiguos pero que ya nadie puede pagar. De hecho, hace falta una escena para justificar la presencia de algunos de los vecinos allí como propietarios. Una comunidad se reúne para votar el cambio de ascensor. Sin embargo, la noticia inesperada de que un nuevo inquilino con problemas de salud mental va a alquilar uno de los pisos cae como un cubo de agua fría para algunos. Desde aquí, todo toma un inesperado rumbo. Se basa en un cortometraje del director y en su propia obra de teatro.
Uno de los grandes aciertos de Votemos es su reparto coral, que está absolutamente brillante con una amalgama de nombres que cuesta creer ver juntos en una misma habitación. Es más, no salen de ahí en ningún momento. La dinámica entre ellos se siente viva y tensa. Imposible no destacar a Raúl Fernández: humanidad, duda y determinación, y es clave para que la historia no caiga en el maniqueísmo.
Los diálogos bien construidos logran un ritmo casi de función en vivo, pero la cámara capta sin problema los silencios incómodos, los gestos reprimidos y las grietas que se abren entre los personajes.
Al final, Votemos no solo entretiene, que lo hace, y mucho, también incomoa. ¿Tan tolerantes somos realmente? ¿Cuánto nos cuesta aceptar la diferencia cuando la tenemos al lado? En definitiva, una comedia negra que expone, con inteligencia y sarcasmo, una socidad delirante que invita a reir, por no llorar.