Crítica ‘Imparable: La historia de Anthony Robles’: Una constante sensación de déjà vu

Imparable: La historia de Anthony Robles

★★½

Imparable: La historia de Anthony Robles, el drama deportivo protagonizado por un brillante Jharrel Jerome sobre la historia real del luchador Anthony Robles, que nació sin una pierna, es el relato de las increíbles hazañas competitivas de un chico desvalido, en la estela espiritual de Rocky (de hecho, puede verse un póster suyo en la pared). También supone el debut en la dirección de William Goldenberg, montador de confianza de Michael Mann y Ben Affleck, y ganador de un Óscar por el montaje de Argo.

En sintonía con Air de Affleck, producida por su empresa Artists Equity que fundó en 2022 junto a Matt Damon (Robles fue el primer atleta patrocinado por Nike tras su retirada), Imparable: La historia de Anthony Roble resulta demasiado rebuscada a la hora de entrelazar los clásicos escenarios de la historia de desamparo en torno al protagonista. De hecho, hace lo mínimo para disimular la sensación de déjà vu, y salta a la vista que los guionistas trabajaron de forma bastante lineal sobre la biografía de Robles. Las escenas de lucha adquieren cierto dinamismo, pero la acartonada dirección amortigua su impacto, y lo que destaca por encima de todo es el valor ejemplar de la historia y el dispuesto reparto, desde Jennifer López en el papel de la mater dolorosa, Bobby Cannaval en el del inflexible padre y Don Cheadle, el intenso entrenador y mejor del grupo.

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