Crítica ‘A Working Man’: Un delirio patriótico ultraviolento

Crítica de 'A Working Man', la nueva película de acción de David Ayer protagonizada por Jason Statham, que llega hoy a los cines.

Un ex-soldado británico (Jason Statham) reconvertido en obrero de la construcción decide regresar a las armas el día en que la hija de sus jefes es secuestrada por la mafia rusa. A partir de aquí, todo serán golpes, balazos, cuchilladas, explosiones, buenos muy buenos y malos malísimos. Y poco más hay que rascar en este (otro más) ruidoso y ultraviolento delirio yanqui que llega a las salas para continuar prolongando la fantasía del hombre blanco salvador e invitarnos a renegar de las instituciones y abrazar el ojo por ojo. La cosa es que, si la película abrazase también una cierta ligereza en cuestión de tono, podría llegar a tener gracia (¿cómo no disfrutar, por ejemplo, con la gloriosa Commando, de Mark L. Lester?). Sin embargo, la total ausencia de sentido del humor de la propuesta (de Stallone, autor del guion, podía esperarse un poco más), unida a su absoluta falta de inventiva a la hora de filmar la acción (no hay aquí más que clichés visuales: un reciclaje de mil y un películas anteriores del mismo tipo), terminan dando como resultado un producto prefabricado y, en fin, bastante soso. Con todo, tampoco será plato de mal gusto para quienes disfrutasen con las serie b directas a videoclub que Steven Segal filmó en sus últimos años de carrera.

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