Por Laura Sanz
★★★/★★★★★
Mar Olid adapta la comedia francesa Bienvenidos Al Barrio en Al otro barrio, protagonizada por Quim Gutiérrez, Sara Sálamo, María de Nati, Jorge Suquet y Francesc Orella. La directora consigue una versión con alma que en ocasiones supera a la original, haciendo un ejercicio de contención que consigue la justa medida entre la risa y la crítica social sin huir de los chistes de clase.
Gutiérrez interpreta a Andrés, un pijo que juega a emprender y al que Hacienda acaba de pillar intentando evadir impuestos. Además de la multa millonaria que le ha caído encima, ahora debe trasladar sus oficinas al barrio de Los Caños, en el extrarradio más marginal de la capital, o eso le parece a él. Pero es que Andrés estaba aprovechándose de una jugosa subvención por tener allí su sede, sin que hubiese puesto jamás los pies en el barrio.
Podría haber sido un salto al vacío por parte de Olid abordar un guion que se sustenta en la desigualdad de clase, los prejuicios de los de arriba y de los de abajo, y que no cesa en las bromas sobre la raza, la procedencia y la orientación, pero la directora, que ya tiene experiencia en esto del humor y el barrio desde que se puso al frente de Aída, ha logrado una historia fresca cuyo ritmo recae casi en la totalidad en la habilidad de sus protagonistas, con mención especial para Quim Gutiérrez y Sara Sálamo.
Al otro barrio parece no tener más pretensiones que la de entretener al espectador, y lo consigue sin demasiados artificios, con unos protagonistas sólidos y unos secundarios que se hacen imprescindibles con unos pocos trazos. Una una feel-good convencional y algo gamberra.
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