Crítica: ‘CampeoneX’

CampeoneX

★★½/★★★★★

En CampeoneX, secuela directa del filme de Javier Fesser que se alzó con el Goya a Mejor Película en 2018, el equipo de deportistas que conocimos en aquella primera entrega abandona el baloncesto por culpa de un error administrativo y se adentra en el mundo del atletismo de la mano de una entrenadora novata.

De las principales virtudes de esta segunda parte tienen gran parte de la culpa Javier Fesser y su buen oficio detrás de la cámara. Sin embargo, no es solo una cuestión de artesanía: durante la primera mitad de la película, el cineasta demuestra una vez más sus incuestionables dotes para el humor físico, piedra angular de todo su cine (en este sentido, sus dos primeros cortometrajes, sus dos adaptaciones de Mortadelo y Filemón y, especialmente, su debut El milagro de P. Tinto, son imprescindibles). Prueba de ello es el excelente bloque inicial de la película, una presentación de personajes que, además de por su inteligente y conciso guion, brilla gracias al manejo del director de los códigos del cartoon y a su capacidad para crear rimas visuales e hilar sentidos mediante el montaje.

Pasado su Ecuador, sin embargo, la película comienza a desinflarse: de la mitad del metraje en adelante, la vertiente fesseriana más emocionalmente efectista (y menos interesante) va ganando terreno progresivamente al slapstick hasta desembocar en un clímax (la competición) que, pese a estar muy bien resuelto en términos de ritmo y puesta en escena (de nuevo, a Fesser le sobra oficio), termina por estirarse en exceso.

No obstante, incluso en sus horas más bajas, CampeoneX se mantiene a flote gracias a una excelente decisión de casting: Elisa Hipólito, actriz debutante que toma el relevo de Javier Gutierrez como entrenadora bordando un personaje tan gracioso como tierno (y consiguiendo que, contra todo pronóstico, la ausencia de aquel no pese).

Lo mejor: Es entretenida, es graciosa, es emotiva. 

Lo peor: Su exceso de sensiblería puede resultar cargante.

© REPRODUCCIÓN RESERVADA