Crítica de ‘Un gran viaje atrevido y maravilloso’: Fallida exploración de las dinámicas del amor

Crítica de ‘Un gran viaje atrevido y maravilloso’: Fallida exploración de las dinámicas del amor

Crítica de 'Un gran viaje atrevido y maravilloso', la tercera película de Kogonada, protagonizada por Margot Robbie y Colin Farrell.

★½

Tras conocerse en una boda, Sarah y David (Margot Robbie y Colin Farrell) se embarcan, por un inesperado giro del destino, en una travesía onírica que les permite revivir momentos clave de su pasado, terminando por descubrir juntos el camino que los ha llevado hasta el presente. Kogonada (Columbus, 2017; Despidiendo a Yang, 2021) patina en su tercer largo con una historia de amor totalmente desnortada que aspira a funcionar, al tiempo, como estudio cerebral sobre las dinámicas del amor y como alambicado relato romántico de espíritu naíf. Deliberadamente artificiosa, la película manifiesta, ya desde sus primeros compases, la clara intención de mantener una distancia emocional con el espectador. Así, con sus maneras frías –la meticulosa y kubrickiana planificación visual, las interpretaciones estilizadas de sus dos protagonistas, el diseño de producción retro-futurista, el tono alegórico de su narrativa–, Kogonada parece estar abriéndonos la puerta a una ficción conceptual, de orden casi ensayístico, acerca de los engranajes de las relaciones afectivas y el peso de las mochilas emocionales. Hasta aquí, compramos. Sin embargo, el relato deriva muy pronto hacia una sensiblería afectada, empalagosa y, lo peor de todo, evidente, que exige además a sus espectadores una conexión emocional con los personajes que, claro está, no ha sido debidamente preparada ni sostenida. El resultado de semejante mejunje no podía ser otro que, en fin, el absoluto desconcierto.

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