Crítica: ‘Dejar el mundo atrás’

Dejar el mundo atras

★★/★★★★★

Sam Esmail, conocido principalmente por haber creado la serie de televisión Mr. Robot, ha sido el encargado de adaptar la novela de Rumaan Alman.

En Dejar el mundo atrás dos familias se ven obligadas a convivir mientras la civilización se derrumba.

Este thriller apocalíptico gira en torno a un misterioso ataque cibernético que consta de tres fases. La primera responde al corte de las tecnologías que aísla e incomunica. La segunda en volver a unos contra otros mediante noticias falsas que incrementan la paranoia. Y la tercera es el fin de la sociedad por si misma, atentando contra si.

Dividida por episodios y con una extensión superior a las dos horas, es un ejemplo de la tendencia actual en el cine por las películas largas. En ocasiones (la mayoría de las veces) sin necesidad.

No queda claro por qué uno sigue viendo la película. Si bien la premisa a lo Funny Games es interesante y desconcertante a partes iguales, se disuelve tan rápido que cualquier interrogante que podamos tener carece de importancia. No hay una conexión entre los elementos formales ni narrativos, todo ello parece elegido al azar, existiendo un evidente problema de tono. Quiere ser muchas cosas y al final no es ninguna.

Y si lo más interesante de este conflicto no es quién está detrás de dicho cataclismo sino nuestro nivel de adaptación y de respuesta, el análisis de personajes del filme resulta terriblemente fallido al quedarse en la superficie, tirando de estereotipos como si la sociedad pudiera encorsetarse.

Lo mejor: Su reparto

Lo peor: Su falta de originalidad

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