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El juego del calamar: El desafío no es la segunda temporada de la serie como muchos pueden pensar sino un reality show del que sacar rentabilidad por parte de Netflix. En él, 456 personas concursan por el premio más alto de la historia de la televisión: 4,56 millones de dólares.
La serie coreana se caracterizaba por una incisiva crítica social al capitalismo. Sus protagonistas, con problemas económicos, son invitados a un juego en el que tendrán que sobrevivir. Detrás del mismo se encuentran personas con poder adquisitivo que se divierten viéndoles pelearse entre sí, y morir.
Si bien el factor muerte no se podía recrear en el reality, a lo largo de los diferentes capítulos se ha hecho especial hincapié en el motivo por el que los participantes necesitan el dinero. Del mismo modo que tras empezar su emisión empezaron las noticias sobre las denuncias de los mismos a los productores del programa por los daños sufridos.
De algún modo, no es tanto el producto en si; es decir, su correspondencia con el material original sino la estrategia de marketing creada alrededor porque podemos preguntarnos si El juego del calamar: El desafío es quién no cumple con las expectativas o si hace de nosotros los espectadores parte de la premisa.
¿Qué fue antes: el huevo o la gallina? Si tenemos en cuenta que Netflix planea abrir parques temáticos con instalaciones inmersivas de series como ésta tendremos nuestra respuesta.
Lo mejor: Los últimos capítulos
Lo peor: Ver veinte veces (por decir un número) el mismo desafío
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