Crítica ‘Ghostlight’: Un drama profundamente conmovedor sobre el arte como medio de sanación

Crítica de 'Ghostlight', conmovedor drama dirigido por Alex Thompson y Kelly O' Sullivan que llega a los cines hoy, 28 de marzo.

★★★★

El primer largometraje que Alex Thompson y Kelly O’Sullivan dirigen como dupla (en 2019 estrenaron Saint Frances, con dirección del primero y guion de la segunda) narra la historia de un peón de la construcción de mediana edad, de nombre Dan, profundamente devastado por una reciente tragedia familiar. Tras el terrible acontecimiento, a raíz del cual su relación con su esposa y su hija parece deteriorarse sin remedio, Dan comienza a tomar clases de teatro en una compañía amateur de actores inadaptados, lugar donde progresivamente aprenderá a afrontar sus emociones más profundas. Tomando como punto de partida un argumento tan elemental y cristalino como este, O’Sullivan y Thompson logran hilvanar un relato que desborda una honestidad arrebatadora por cada uno de sus poros: desde un guion que es todo sutileza y que jamás cae en el diálogo sobrescrito a una dirección que, con el aliento propio de un determinado tipo de cine indie norteamericano (bien podríamos enmarcar la película en el post-mumblecore), mira siempre a los personajes de tú a tú, frente a frente, jamás por encima del hombro. Con todo, la principal de las muchas virtudes de esta película sobre el poder sanador del arte reside en el ejercicio interpretativo de su trío protagonista, Keith Kupferer, Tara Mallen y Katherine Mallen Kupferer, padre, madre e hija tanto en la ficción como en la vida real. El resultado, y sin miedo alguno a caer en la exageración, es una de las películas más hermosas y profundamente conmovedoras que estos ojos han visto en mucho tiempo.

© REPRODUCCIÓN RESERVADA