Crítica ‘Háblame’: un relato aterrador sobre un mundo hiperconectado y sin certezas

Crítica 'Háblame'

★★★½/★★★★★

La solitaria adolescente Mia se engancha a la emoción de invocar espíritus utilizando una mano embalsamada, pero, cuando se enfrenta a un alma que dice ser su madre muerta, desata una plaga de fuerzas sobrenaturales y se debate entre decidir en quién puede confiar: en los vivos o en los muertos.

Háblame, ópera prima en el largometraje de los gemelos -y youtubers– Danny y Michael Philippou producida por el sello A24, es uno de los más estimulantes relatos de terror que ha dado el cine en los últimos años. Con una poderosa puesta en escena alejada de los convencionalismos de género, los cineastas debutantes logran sortear los clichés y lugares comunes que pueblan las películas de espiritismo, posesiones y exorcismos para, subvirtiendo dichos códigos y añadiendo una pizca de humor negro, romper una y otra vez nuestro horizonte de expectativas y dejarnos temblando.

Pero Háblame no es tan solo un éxito por su incuestionable capacidad para asustar: tras su poderoso entramado visual y sonoro y sus portentosas interpretaciones se halla -y es esto lo que termina de convertirla en una pìeza imprescindible de terror moderno– una certera y nada halagüeña reflexión sobre nuestra hiperconectada y frívola contemporaneidad.

Así, Háblame arroja una incisiva mirada sobre una juventud que persigue a toda costa las emociones fuertes (los usos que hacen los adolescentes de la mano embalsamada no dejan de ser una alegoría de la adicción a las redes sociales y el uso recreativo de las drogas como vía de escape de una realidad dolorosa -o sencillamente aburrida-) y que, inmersa en el mundo de la viralidad y las imágenes de consumo rápido, corre el riesgo de terminar perdiendo la capacidad para mirar el mundo desde un prisma moral.

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