Crítica ‘¡Hola, Frida!’: Un film colorido y didático que juega a imaginar la infancia de Frida Kahlo

Crítica de la película de animación '¡Hola, Frida!', que juega a imaginar los primeros años de vida de la artista mexicana Frida Kahlo.

★★★

La principal virtud de ¡Hola, Frida!, producción francocanadiense que juega a imaginar los primeros años de la vida de la pintora mexicana Frida Kahlo, reside en la sencillez y el sosiego que desprenden sus formas. Y es que, a diferencia de lo que sucede con buena parte del cine de animación producido hoy en día (o, al menos, con el destinado al gran público), la película de André Kadi y Karine Vézina es un film pequeñito, de animación elemental y en dos dimensiones, que, lejos de saturar al espectador con estímulos constantes (esa cada vez más habitual avalancha de imágenes y sonidos que se concatenan a toda velocidad), se toma su tiempo para contar las cosas: hay en ella espacio para que los más pequeños respiren, detengan la mirada en las imágenes que están viendo y paladeen el silencio (y esto, en tiempos de la hiperfragmentación como estos, es siempre más que bienvenido). La película, que apenas supera la hora y cuarto de duración, retrata con calidez y dulzura la difícil infancia de una futura artista torturada, que ya desde muy pequeña encontró en la expresión artística la pócima ideal para hacer frente a los dolores del cuerpo y del alma (con seis años contrajo la polio, enfermedad que la mantendría postrada en la cama durante nueve meses, dejándole secuelas permanentes en su pierna). Con un público objetivo muy claro (niños y niñas de entre cuatro y seis años: los adultos difícilmente conectarán con la propuesta), ¡Hola, Frida! es un film de tono didáctico que defiende el poder de la imaginación para afrontar los sinsabores de la vida, y al que quizá podría achacarse, únicamente, una cierta falta de riesgo e inventiva a la hora de poner en imágenes las fantasías que atraviesan la mente de su pequeña protagonista.

© REPRODUCCIÓN RESERVADA