Por Elena de Torres
★★/★★★★★
El pasado domingo se estrenó en Atresplayer la serie Honor, protagonizada por el argentino Darío Grandinetti en el papel de juez ejemplar y padre que “no podría ser de otro modo» ante la defensa de un hijo, el suyo.
Honor no es una idea original, no sólo en su concepción ya que se trata de un remake, sino porque su conflicto no es nuevo: ¿Qué estaría dispuesto a hacer un padre por su hijo?
Ésta es una pregunta planteada ya en la mitología griega. Así, partiendo de este punto, en el que son muchas las historias con un qué en común, pongamos la mirada en el cómo que las diferencia.
Kvodo es la serie israelí que Honor tiene como punto de partida. La primera versión realizada fue la americana, Your Honor, con Bryan Cranston. Pero desde ese año, 2020, hasta ahora ha habido seis más: Italia, Francia, Turquía, India, Rusia y Alemania.
La española está ambientada en Sevilla.
El personaje de Darío Grandinetti tiene un hijo que atropella por accidente a un chico de su edad y, asustado, huye del lugar. El chico en cuestión resulta ser hijo de un narco.
A pesar de lo que pueda parecer, es más un melodrama que un thriller. Si alguien busca tensión es mejor que vea el remake americano disponible en Movistar+, al menos sus primeros capítulos. No echará de menos el exceso de música extradiegética que hay en esta, una tendencia tan nuestra para sostener los momentos dramáticos y convertirlos incluso en su contrario.
El exceso también lo encontramos en una cámara que sobreexplica, cómo si no supiéramos leer entre líneas o, en este caso, entre imágenes. Una cámara que nos señala nuestra posible falta de entendimiento como espectadores o que nos confirma que los contenidos audiovisuales se consumen en modo multipantalla.
Sin embargo, este es únicamente el piloto. Habrá que ver su desarrollo.
Lo mejor: Grandinetti.
Lo peor: El montaje.
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