★★
Muy poco hay que rascar en La vida ante nosotros, el último largo del francés Nils Tavernier (hijo de Bertrand Tavernier), un relato tan desbordante de encomiables intenciones como vaciado de todo interés cinematográfico. Azucarada, didáctica y demasiado académica en su puesta en escena, la película narra la historia real de una familia judía (padre, madre e hija) que debió permanecer largos meses escondida en una minúscula habitación de París durante el periodo ocupación nazi. Todo es correcto y convencional (y, como consecuencia, tedioso) en una película demasiado apegada a las literalidades, poco amiga del riesgo narrativo y formal y excesivamente conservadora en su aproximación mimética a la realidad; un film que no siempre logra sortear el peligro de hacer pornografía emocional con un acontecimiento histórico que, dada la magnitud de su horror, debería requerir siempre de aproximaciones más distanciadas, rigurosas, enemigas de la lágrima fácil.
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