Crítica ‘Late Night With The Devil’

'Late Night With The Devil'

★★★½/★★★★★

El mayor interés de Late Night With The Devil (un film a medio camino entre Network y El exorcista, tal como sus propios creadores lo ha definido) reside en su propuesta formal: los hermanos Cairnes vehiculan ingeniosamente esta negrísima sátira del despiadado mundo de la televisión en prime time adoptando el aspecto y la estructura de un late night estadounidense de la década de los 70. 

Una decisión que no solamente lleva a la película a brillar, por lo retro de su diseño de producción y su trabajo de fotografía y montaje, en el apartado estético: el tratamiento del tiempo y el espacio, limitados ambos por los códigos propios de una emisión en directo en un plató de televisión, funcionan narrativamente a la vez que ayudan a reforzar la progresiva atmósfera de pesadilla que va tomando forma a medida que avanza el metraje. 

Sin embargo, en ciertos momentos el relato traiciona sus propias reglas: en las pausas publicitarias, los cineastas abandonan los códigos del found footage para aferrarse a los de la ficción pura, haciendo a un lado las limitaciones autoimpuestas y poniendo en riesgo la coherencia de la propuesta. Pese a todo, la inventiva visual de la película, su diseño sonoro, el juego con los formatos de pantalla y, muy especialmente, la brillante interpretación de su protagonista, David Dastmalchian, convierten a Late Night With The Devil en un desasosegante y muy disfrutable ejercicio de género.

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