★★★
Como ya hiciera en el que, hasta el momento, ha sido su proyecto más exitoso —Perfectos desconocidos, film estrenado en 2016 que contó con un remake “a la española” al año siguiente—, el italiano Paolo Genovese propone en LocaMente, su último largo, una comedia de enredos desarrollada en apenas tres espacios interiores y sostenida en dos grandes pilares: la agudeza de sus diálogos y la vis cómica de sus intérpretes. La película, una comedia romántica de maneras teatrales, da una original vuelta de tuerca al concepto de la “guerra de sexos” tomando como punto de partida el clásico contexto de la primera cita. Piero y Lara, que van a cenar juntos por primera vez, harán todo lo posible por impresionarse mutuamente a lo largo de una velada en la que no lograrán sortear del todo sus nervios. La película se desarrolla a dos tiempos: por un lado, asistimos a lo que ocurre durante el encuentro de Piero y Lara; por otro, en paralelo, vemos lo que ebulle en el interior de sus cabezas, donde múltiples personalidades —la romántica, la racional, la insegura y la pasional— pelean por hacerse con el control de la situación. Hilarante durante la mayor parte de su metraje, LocaMente equilibra con inteligencia dulzura y acidez, y, dejando en evidencia que todos, de alguna manera, estamos rotos —atravesados por heridas, traumas, miedos e inseguridades—, funciona como un tan divertido como rápidamente olvidable pasatiempo al que uno asiste con una sonrisa casi permanente.
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